06/10/2024
Hay algo muy importante que te pasa a vos y pasa a nivel mundial, en esta era de la información y hacia el Nuevo Mundo, que es que nadie “tiene idea” de qué hacer o hacia dónde ir porque todo está mutando rápidamente y todo el tiempo. Es una era de mutación y transformación.
El secreto de la “estabilidad” y el equilibrio no radica en solamente tener los recursos para “sobrevivir” sino en cuánto cada persona se conoce y entiende a sí misma desde un lugar no mental. Corporal y espiritual, sería.
Si alguien atraviesa una iniciación para recuperarse y recordarse a sí mismo, esa iniciación despertará no sólo los dones y capacidades dormidas, latentes, sino también lo reprimido emocional que la persona no supo o no pudo atender en el momento en que el trauma o la memoria surgió.
Le dan demasiada “seriedad” al trauma cuando lo qu ese necesita no es dejar de reírse, sino más empatía y compasión, mirarse con amor a uno mismo y a los demás.
Usualmente el trauma se cura con paciencia pero en esta era donde todo se va acelerando, se cura con presencia. Cuanto más presente esté cada ser humano en su vida, en su presente, para sus seres queridos, admirando la belleza del mundo y todo lo bello que lo habita, más rápido podrá -con agua y movimiento- liberar las memorias del trauma que tiene reprimidas y bloquean la expansión de su ser excepcional estelar, y de su vida en la Tierra: los vínculos, la abundancia, el trabajo, y todas esas cosas que los pre-ocupan.
Los humanos no están diseñados para el 9-5, están simplemente adoctrinados. Y es muy fácil adoctrinar a cuerpos y mentes en tensión por el miedo que induce el afuera.
Del estado del sistema nervioso de cada ser humano depende su perspectiva de la vida, no sólo su salud. Y de la perspectiva con la que miran el mundo es que se equilibran o desequilibran su salud mental, emocional, física y energética.
Las personas que ven el mundo “cada vez peor” suelen estar en un estado de congelamiento y alerta constante (estrés) y su cuerpo y pensamientos están dominados por el cortisol que todos los días dicta su vida. Son personas que no saben relajarse y a las que les cuesta disfrutar de la vida. No se entregan. No abren el corazón.
Viven con miedo, asustados, esperando la próxima tragedia que le anuncien las noticias.
Por el otro lado, las personas que miran a la vida con inocencia, con ansias de servicio e inspiradas por la luz, tienen una mirada optimista, lo que no significa que nieguen lo que sucede. Ellos son los solucionadores, mientras que los pesimistas son los que más problemas generan, cargando al mundo y al inconsciente colectivo con sus miedos, temores y emociones bajas que los hacen repetir lecciones y que complejizan cada vez más el estado del mundo.
La antigua lucha estelar del bien contra el mal o de la luz versus la oscuridad no es más que un reflejo del estado de sus mentes.
La mente le habla al cuerpo -en la tercera dimensión- y el cuerpo ejecuta. Pero aunque la mente pueda -aparentemente- olvidar, el cuerpo no.
En él se guardan todas las memorias de lo sucedido en la vida de ese ser humano y éste suele desconocer las verdaderas y más simples vías de liberarse de ello. El movimiento, fundamental para la liberación de memorias corporales y energéticas. El agua, para llevarse los restos que salen a la superficie y “no se van solos”, y purificar el ser. Y la naturaleza misma, entregando a consciencia todas las viejas memorias y emociones y, poco a poco, reaprender a alimentarse de la naturaleza: de la nutrición de la Tierra, de la energía solar, de la limpieza del viento y la purificación del agua.
No necesitan prácticas extremas que les impliquen sufrimiento, especialmente porque esas prácticas no son para todo el mundo. Lo que necesitan es hacer todo esto y confiar. Confiar en que hay un plan para cada uno de los seres humanos de este planeta, que además de evolutivo implica vivir una vida de amor y redención ante LO QUE ES.
Cuanto más aprendan a aceptar la vida como es, con sus ciclos, estaciones, subidas y bajadas, menos lucharán contra ella y más humanos se permitirán seguir siendo.
Ser humano implica sufrir y desregularse, pero no como manera de vivir. Sufrir es una perspectiva de cómo toman y aceptan las experiencias de dolor: el sufrimiento -la negación- perpetúa el dolor. La aceptación la libera.
Y desregularse es natural, lo importante es no permanecer presos de un estado desregulado y aprender a salir de allí fácilmente.
La vida fácil y simple no es una vida sin desafíos: es una vida que entrena a la resiliencia y da herramientas para que cada desafío se sienta menos denso y “desregulador” y puedan salir de ellos, atravesándolos de manera triunfal.
El Santo Grial, el Corazón de la Humanidad, es sentir que tienen un propósito de estar vivos (y quieren que siempre venga con un manual de instrucciones). El propósito que se revela en un cuerpo en calma es estar vivos y ser uno mismo. Y para esto, la tarea es el viejo aforismo griego: “Conócete a tí mismo”.
Y en la Tierra agregaríamos: “Y libérate de los condicionamientos, leyes y mandatos de los demás, a los que ajustaste tu identidad para ser aceptado. No eres quien crees que eres, eres quien estás, en todo momento, a punto de descubrir. Eres lo que yace detrás de todos tus miedos, máscaras y limitaciones. Ser auténtico es vivir más allá de las reglas autoimpuestas. Eres más de lo que crees: eres infinito. Pero la tercera dimensión es finita y por eso sólo te ves de esa manera. Finito, limitado.
Cuando accedas a las otras dimensiones de tu ser, no sólo te encontrarás con la inmortalidad sino también con el eterno placer de existir en este Universo, con todas las formas, cuerpos y energías que ya eres.”
Somos el Concejo de Alcyon, acudiendo al llamado de asistencia a la humanidad en estos tiempos tan acelerados y desafiantes.
Los amamos, respetamos y, como el concejo de ancianos que somos, les decimos: “Se pone mejor”. Lo sabemos por experiencia y desde hace tiempo. Cuenten con nosotros y llámennos para asistirlos en sus dudas, propósitos y en todo lo que necesiten para vivir una vida mejor y más relajada.
Con amor.