Entre todas las cosas que me cansaron este año, incluyo el dolor de mi familia.
El dolor y la frustración de mis abuelas.
Sus libertades ausentes, la cantidad de límites impuestos que han tolerado. la herida de no poder ser, el peso de sostener lo insostenible, lo no buscado.
La bronca de parir sin deseo, de responder al patriarcado, de ser quien no deseaban ser, y de no poder ser lo que sí.
Las exigencias que soportaron mis abuelos, las enfermedades, los dolores porque no era de hombre expresar sus emociones. La respuesta social de tener que trabajar “de lo que hay”, o de lo que se hereda, sin poder elegir con libertad.
La falta misma de libertad, de libertades, las cárceles mentales.
Profanar lo sagrado del amor para sobrevivir, meter y sacar como método de procreación o de mero placer sin cuidado, sin empatía. Matrimonios que tal vez fueron arreglados, adolescentes casándose con hombres diez años mayores y pariendo desde los quince.
Vengo de una ciudad embrujada. Esa información llegó hace poquito en plena sacudida genealógica. En Italia ni la nombran porque dicen que está llena de maldiciones, que muchas brujas y curanderas dejaron allí su legado energético. Y yo no puedo más que sonreír de orgullo al poder revivirlas, traerlas en mi recuerdo al presente donde vale la pena recordar el linaje de sangre. Esa bruja temida pudo haber parido a mi bisabuelo, ser su hermana, su vecina.
Mi linaje es mi veneno pero también mi medicina. Insistir hasta que salga a la superficie lo que mata es parte de la sanación.
Cargamos con lastres inconscientes que es necesario dejar salir antes de que salgan por los poros, en las relaciones, en los trabajos y en las vidas. En las presencias y en las ausencias.
Me cansé de cargar con el significado que le dí a la historia de mi infancia, de mi familia, de mis recuerdos, de mi mamá. De sostener creencias basadas en miedo a la repetición. Me cansé de mirar hacia el pasado porque es la primera vez en mi vida en que sé que me necesito presente, mirando al futuro. Ya sin ansiedad ni control, pero segura de mí misma y de mis próximos pasos.
Venus se cuadra a Saturno, quebrando ilusiones e indecisiones para que seamos reales.