¡Este sitio está experimentando algunos cambios este mes! Algunas funciones pueden estar deshabilitadas.

Gracias por su comprensión :)

Solsticio de invierno

Solsticio de invierno, ingreso del Sol a Cáncer y su unión con Sirio en julio, y rituales de Yule, en el último mes antes del año nuevo maya.

Cuando el Sol ingresa a Cáncer, llega al primer signo de agua del zodíaco.

Durante este mes es natural que tomen relevancia los asuntos relacionados a su energía, pero especialmente todo aquello relacionado a nuestra historia personal, origen, pasado, y sobretodo lo heredado como costumbres y actitudes que hemos aprendido sin cuestionar.

Este mes del zodíaco astrológico representa un cierre o la última etapa antes del comienzo del nuevo año maya el 26 de julio, es decir, es el último mes zodiacal del año de la Tormenta Lunar y puede sentirse muy fuerte: ya urge dejar de excusarnos con nuestra historia y considerar todo aquello que es necesario transformar radicalmente de una buena vez. Tuvimos todo un año -de 26 de julio 2020 al 24 de julio 2021- para cambiar de nuestro propio mundo aquello que necesitaba sacudidas.

Tenemos un mes de chance todavía, aunque no es para salir corriendo a transformar todo de golpe: si algo no despertó a la consciencia, irrumpirá con fuerza en el momento correspondiente desde su gestación, no cuando lo queramos nosotros. Paciencia con nuestros propios procesos.

Seguir sosteniendo las costumbres heredadas, usar como defensa el “soy así porque en mi infancia tal cosa…” y seguir lamentándonos por lo que fue o por lo que no fue, nos impide vivir en el único espacio de tiempo donde podemos crear y manifestar nuestros sueños: aquí y ahora.

La Luna en Escorpio conectando con el Sol y Venus en Cáncer, y con Neptuno y Júpiter ya retro en Piscis, arma un trino de agua el 20 y 21 de junio donde las emociones se harán sentir. Es momento de dejar de evadirlas, y en lo posible liberarlas. Escribir y llorar son los métodos favoritos de muchas personas, pero también se pueden liberar con cualquier forma de arte (pintando, bailando, cantando, haciendo música, cerámica, cualquier cosa manual que nos abstraiga del mundo y nos permita liberar ese contenido) y también con todo tipo de deporte.

Ya no podemos reprimir lo que es preciso ver, reconocer, liberar y dejar ir. El desapego emocional de cosas, personas, creencias, conceptos, comportamientos, etc, es una linda clave para tener en cuenta durante este mes.

El Sol y Sirio

La unión del Sol y la estrella Sirio se perfecciona el 5 de julio y esta conjunción nos importa porque Sirio, las Pléyades y nuestro Sistema Solar giran alrededor del Centro Galáctico en la misma relación de ubicación. Sirio es origen de los egipcios, de Jesús, de los cetáceos y de los felinos, y su sabiduría se conecta con la Tierra porque los seres sirianos son los guardianes de la sexta dimensión, que es la dimensión de la geometría sagrada. Por algo los egipcios fueron tan buenos arquitectos y los gatos tienen esa sabiduría en sus poses que parecen asanas de yoga.

La unión del Sol y Sirio nos transmite mucha sabiduría para recordar nuestra verdadera esencia, misión cósmica y origen.

Solsticio de invierno

El Sol arriba al signo de la Luna a las 00:31 hs del 21 de junio y con este ingreso también se abre el portal del solsticio de invierno.
Si pensamos en esta relación de cierre y su vínculo con la celebración de Yule -celebración nórdica que honraba a la familia, los ancestros y la fertilidad- podemos tomar estas fechas como una especie de celebración de agradecimiento, de abrazar esas partes de nuestra historia que nos nutren y que son bases de aquello que amamos de nosotros mismos.

El solsticio se considera la noche más larga del año y al mismo tiempo, la apertura donde el Sol renace, donde le gana a la oscuridad. Esto es porque en la transición de otoño a invierno, el Sol baja angularmente en nuestro cielo y esto representa un descenso. A partir del invierno vuelve a iniciar su subida hacia el ecuador celeste y representa su renacer, el retorno de su luz a nuestras vidas.

Metafóricamente, la cueva invernal ya no es tan oscura como la otoñal, sino que comienza a iluminarse y eso podemos relacionarlo con su ingreso a Cáncer: si vuelvo a mis bases a buscar lo que me hizo ser quien soy hoy, si elijo quedarme con lo que me nutre y reconocer que soy mi propio hogar, me ilumino desde adentro hacia afuera. Ergo, puedo brillar mucho más cuando estoy centrada y en coherencia conmigo misma. La cueva está iluminada ahora por mi propia luz, ya no me siento tan perdida: esa es la luz del Alma, del espíritu. De la esperanza.

Rituales

Hay rituales clásicos que podemos hacer para conectar con la energía disponible.

Uno es dejar una vela en una ventana (sin cortinas, por favor, consciencia lógica primero) para representar el retorno de la luz, al igual que encender la estufa a leña o armar una pequeña fogata (otra cosa a consciencia también) para danzar y celebrar con agradecimiento el haber sobrevivido al descenso del Sol. Podemos tomar vino especiado -o sin especiar igual- para celebrar también.

Cuando se apague la estufa o la fogata, juntá un poco de cenizas para usarlas a modo ritual: desde la antigüedad se dice que pueden curar enfermedades. Otro uso es tirarla sobre macetas o tierra sembrada para fertilizarlas -en un sentido mágico-.

Creo que en el momento histórico que estamos viviendo, la palabra sobrevivir toma mucha importancia. Aunque no es necesario activar el modo supervivencia del cerebro todo el tiempo con temor y generando estrés, es bueno para agradecer y honrar a quienes se han ido, sea recientemente o hace mucho, especialmente ancestros.

Podés poner algunas fotos y velitas en tu altar para agradecerles la sabiduría que te transmitieron y hasta podés pedirles guía en este ciclo de renacer a tu propia luz y de dejar ir aquello que ya no te nutra o represente.

Hacer una corona con hierbas -y muérdago, acebo o hiedra si conseguís- al mejor estilo corona navideña y colgarla en la puerta, y/o decorar con piñas como símbolo de fruto que deja semillas para renacer también puede hacerse durante esta semana o bien durante cualquier momento del invierno, aunque claro que tendrá mucha más fuerza los días cercanos al solsticio.

El altar lo podés decorar con colores blanco, verde (simboliza la naturaleza) y rojo (simboliza la sangre del nacimiento). Sahumá con salvia, pino, hiedra y/o muérdago, lo que consigas junto a tu intención de mayor luz en tu vida, estará bien.

Otro pequeño ritual sencillo es clavar clavos de olor en una naranja y colgarla de un hilo sisal enrollado en algún lugar para ambientar con su aroma.

Y el más intenso o complejo, es el ritual con las velas.

Lo ideal es encender muchas velas alrededor en forma de círculo o de espiral -siempre atentas a la seguridad- y sentarse en el centro. Apagarlas y contemplar la oscuridad -representa la noche oscura del Alma- y sentir lo que sea que te surja al respecto de ese espacio sagrado. Luego encenderlas nuevamente de a una -desde la del centro si fuera un espiral- y en sentido de las agujas del reloj, simbolizando así el retorno del ascenso solar, de la luz.

Que el retorno del Sol nos permita iluminarnos desde adentro hacia afuera.

Compartir en

Más para leer