Algo personal
Año 2000. Viaje de egresados. Ciudad de Mendoza. Mis compañeros y los de otro curso.
Última noche. Un boliche abierto exclusivamente para nosotros. Comienzo a tener un ataque de pánico. Me encierro en el baño. Una compañera me pregunta si estoy bien, digo que sí para que se vaya porque necesito estar sola. Salgo al rato, me miro al espejo, vuelvo a la pista.
Nadie.
Al menos nadie conocido.
Todo estaba vacío.
Quedaban sólo un par de personas acomodando y limpiando.
No estaban ni mis compañeros, ni los del otro curso ni mi campera.
Salgo con el llanto atorado en la garganta, pregunto a los de la puerta hacia dónde se fueron todos, me indican y me dicen que enfrente hay una parada de taxis. Tomo uno y le digo el nombre del hotel. Vamos por una avenida principal, veo a todo el grupo, le digo que pare, pago con los últimos pesos que me quedaban y me bajo ahí.
Alcanzo a mis compañeras. Mi amiga Pato llevaba mi campera, se la pido y en un cruce de palabras empiezo a llorar. “¿No se dieron cuenta de que yo no estaba?” “-Pensamos que ibas caminando adelante con el otro grupo”, me dice ella.
Y yo nunca, pero nunca me había sentido tan invisible, tan olvidada, tan abandonada.
Si, puedo hablar de la separación de mis papás y de que el miedo al rechazo y al abandono del que habla mi Quirón en Tauro en la casa 7 viene desde hace tiempo. Mi Quirón inicial fue la ausencia física de mi papá en mi infancia.
Pero jamás sentí un real abandono como en esa noche.
Al menos hasta el 2007 cuando un ex me dejó y yo, que era una bola de dependencia, sentí que me moría. Son dos historias diferentes, pero el mismo dolor quironiano: el abandono, sentir que no valgo nada para el otro. El rechazo desde afuera que refleja el rechazo interior de mi propio valor.
El poder del dolor
El poder del dolor, el poder liberador y sanador de reconocer, abrazar y liberar el dolor. El poder de mirar cara a cara al dolor. El poder escondido en aquello que más nos duele. O que más tememos.
Quirón tiene un superpoder: el de recordarnos que somos humanos. Porque, especialmente quienes estamos en caminos de consciencia, solemos olvidar lo necesario que es recordar nuestra humanidad, cuidar a nuestro cuerpo y enraizar con la tierra. Pero ese superpoder tiene una trampa y es que la manera de recordarnos que tiene es dolorosa, representa una herida en común para todos y una muy personal. Y ambas heridas son en realidad ilusorias, porque nos quieren recordar la verdad de estar encarnados: que es un viaje tridimensional y que la realidad de quienes somos es mucho más eterna y trascendental de lo que creemos.
Nos olvidamos de nuestra realidad de energía y amor incondicional, y es por eso que nos duele, porque perdimos la memoria. Y también porque a la herida personal la sentimos muy injusta y nos da la sensación de que nunca vamos a sanar, porque cuanto más queremos más parece complicarse el contacto con la cura o el final del proceso.
Todo con Quirón parece ser una trampa egoica: creemos que podemos, nos sumergimos y salimos con sólo un pequeño porcentaje de comprensión, y así toda la vida. No será hasta que realmente soltemos el control que podremos mirar a los ojos al don de Quirón: la resiliencia.
Permitirnos sentirnos desorientadas, perdidas, expuestas a la impotencia personal, a lo inexplicable e incontrolable. Enfrentarnos con el misterio de dejar de sostener nuestras máscaras.
Sobre la retrogradación
Quirón retrograda desde el 15 de julio hasta el 19 de diciembre, en el signo de Aries, y lo hace desde el grado 12°56′ hasta el 8°26′.
Cuando retrograda, su función de sanador pide mayor atención y las siguientes preguntas pueden ayudarnos a conectar con su energía para despertar e iniciar procesos:
¿qué me duele? ¿Me estoy dando tiempo para atenderme? ¿Me pongo primera en mi vida? ¿Quién creo que soy, y quién deseo ser de verdad? ¿Soy fiel a mi esencia o me guían las normas ajenas y sociales?
Quirón te lleva a ser tu propia chamana, ¿estás lista para mirar a la cara a todo tu potencial?
En la o las casas de tu carta natal que Quirón transite en esta retrogradación, algo podrá estar despertando tu atención para ser atendido:
Casa 1: asuntos sobre tu identidad, tu sentido de existencia en esta vida y de seguridad en la vida.
Casa 2: asuntos de validación, amor propio, recursos personales e ingresos económicos. Apegos y sentido de seguridad material.
Casa 3: tu expresión, capacidad de vocalizar tu verdad interior y de moverte por lo que se corresponde con esa verdad. Posibilidades de viajes nacionales y mudanzas.
Casa 4: el pasado, lo que hay que dejar atrás, la nostalgia por lo que fue y lo que no fue, lo ancestral y familiar, lo heredado emocionalmente. Mudanzas y cambios en el hogar.
Casa 5: tu creatividad y procesos creativos, proyectos, inicios creativos y amorosos, hijas/os y gestación, tiempo de relax y ocio, conexión con la niña interior. La vocación y el apego a la propia identidad como estructura egoica. Las capacidades y dones artísticos.
Casa 6: tu salud, alimentación, cuerpo físico, rutinas y trabajo diario.
Casa 7: parejas, socios, amistades íntimas. El otro en general y también como espejo mío.
Casa 8: los procesos interiores y psicológicos, miedos, asuntos reprimidos, ocultos y tabúes, las ansias de control, manipulación e inseguridades, la sombra personal, lo compartido con un otro, enfermedades congénitas o de la sangre, herencias.
Casa 9: deportes, salir de la zona cómoda, aprendizajes y estudios por elección, viajes, mudanzas al extranjero, la búsqueda de sentido y fe, religiones, creencias en general, la profesión.
Casa 10: las cargas heredadas, el trabajo desde la profesión y vocación, el deber ser interno, la relación con figuras de autoridad, la capacidad y creencias sobre la manifestación, ambiciones y metas concretas.
Casa 11: clientes laborales, amistades y conocidos en general, actividades en grupos y colectivos, causas sociales, voluntariado, metas a futuro, ex parejas, conexiones por internet y tecnología, ideas creativas innovadoras, el desapego del ego. Lo científico.
Casa 12: los asuntos que hay que soltar, dejar ir. La creatividad y manifestaciones artísticas desde el Alma, la conexión con el Espíritu y lo trascendental, lo invisible que nos rodea, las capacidades mediúmnicas y de conexión con el todo, como los Registros Akáshicos. La sensación de vacío para gestar algo nuevo. Los finales que cierran ciclos y etapas para permitir comenzar de cero. El momento previo a un nuevo umbral de nacimiento.
Algunas actividades para conectar con Quirón
Podés crear tu propio cuaderno de Quirón, y que sea tu propio grimorio de sanación. Con Quirón es preciso atender la llamada de convertirnos en terapeutas o de aprender técnicas de sanación por ejemplo. En ese cuaderno podés volcar los grandes aprendizajes de tu vida en cuanto a tus propios procesos de reconexión con tu propia esencia, escribir sobre las frases y terapias que más han ayudado al encuentro con vos misma, pegar imágenes o dibujar aquello que te despierta el alma, hacer collages e incluso podés hacer el siguiente ejercicio.
1-Preguntarte quién sentís que sos y dibujarlo como si fuera un autorretrato pero sin que necesariamente sea tu forma humana. Podés dibujarte como formas, palabras, etc
2-Preguntarte quién sentís que te gustaría ser y dibujarlo también, y luego comparar ambos dibujos.
3-Al final, preguntarte qué podrías hacer, por pequeño que sea, para ser más fiel a tu esencia, a ese ser que te gustaría ser (y que sin duda habla de quién realmente sos, pasa que a veces olvidamos y nos ponemos máscaras). Podés hacer listas y hacerte preguntas que no necesariamente tenés que responderte. A veces quedarnos en ese misterio de no saber para dónde ir permite que la respuesta surja…cuando sea su momento.
Este es un período hermoso para cualquier tipo de terapia psicológica y de sanación. ¡Que te sea de provecho!
Acá, acá y acá encontrás mucha más info sobre Quirón en Aries. Espero que te ayude a comprenderte en este período.
Si te interesan más actividades para conectar con tu propio Quirón, ¡no dudes en escribirme! Podés hacerlo a hola@alemodarelli.com o a Instagram. Toda sugerencia es bienvenida. 🙂