El miércoles hay portal 11/11. Y yo no sé de números, sólo sé que el 11 en mi vida aparece tanto, que es uno de mis números personales. Me llena de amor.
Abrir el portal.
Atravesar la umbra, correr el velo.
Animarse a saltar mientras se crea la red.
Hoy es lo único que existe. El control es una ilusión. El tiempo es otra. Los necesitamos en la medida en que lo creamos. ¿Y si creamos? Tal vez no los precisemos más.
Ser espiritual es olvidarse de ser perfecta. Es mandar a dormir a los miedos y al hambre de aprobación.
Es dejar de ser mi mayor crítica mientras me abrazo llorando en el baño porque liberarse aliviana pero también duele.
Es reconocer que el error conlleva la maestría.
Es sacarse la mochila del deber ser, la más pesada, agobiante, la que más contractura. Si la arrancan, debo cicatrizar. Prefiero atravesar esa cura antes que seguir sosteniendo el peso de promesas, dolores y contratos que se aferran a mí, y yo a ellos, como larvas que se necesitan para sobrevivir.
Es cortar el cordón.
Cómo me cuesta acordarme de que mi madre es mujer, hija, espíritu, independiente.
Y que yo no soy sólo hija, sino también mujer, espíritu, independiente, madre. Si corto ese cordón, puedo ser todo lo que vine a ser y no lo que mi niña herida espera que se repita.
“No podemos repetir la historia porque dolería más que crear una nueva. El confort y la seguridad que deseás son apariencias: no se puede volver al pasado, y repetirlo sería una mera burla dolorosa, absurda, incomparable. Seríamos siempre como Peter Pan, el que ha sido por demasiado tiempo nuestro cuento favorito. Ahora sigamos sosteniendo a Alicia mientras atraviesa el pozo, tan profundo, que le muestra que otra realidad es posible.”
Quiero ser mi propia Alicia, me dije. Y recordé que es el segundo nombre de mamá.
Es tan difícil matar a la ilusión de la madre, porque la niña siempre querrá recurrir a ella. Siento que debe morir -la imagen arquetípica- para que yo pueda pararme en el lugar que me corresponde, mientras rompo paradigmas, historias, secretos y lealtades familiares.
Cómo pesa la norma inconsciente de la repetición.
Qué necesario es destruir a veces.
Qué sanador y liberador.