Cuando creamos un emprendimiento o negocio, lo que estamos haciendo es canalizar la impronta energética de una empresa próspera que necesita a un humano para materializarse.
El negocio nace a través de nuestros talentos y habilidades específicas, y mientras lo llevamos a la materia, él nos colabora -en una especie de agradecimiento- con abundancia a todo nivel y no sólo económico.
Eso es simplemente lo que hacemos: somos una entidad conectando con otra a quien necesitamos escuchar para entender sus deseos, identidad y claves para su y nuestra prosperidad.
Todo negocio nace para ser próspero.
El problema es que la mayoría de las veces somos el palo en la rueda y con nuestros miedos y creencias limitamos el despliegue de su propia magia, en lugar de habilitarlo.
Me encantan los emprendimientos y negocios porque como entes separados de nosotros, tienen mucho para decirnos, enseñarnos y asistirnos. Son la vía por la cual nuestro propósito laboral llega al mundo, a través de la que podemos compartir nuestro servicio y desplegar hasta desconocidos talentos.
Nuestro negocio nació para su evolución y también para la nuestra.
Una vez que podemos comprender que tenemos una relación, dejamos de cargarlo con las órdenes de cubrir nuestras necesidades y nosotras dejamos de cargar con la idea de ponernos todo el negocio al hombro.
Mi negocio cada vez me pide expandir mayor consciencia sobre el nuevo paradigma laboral y profesional y cómo hay claves para adaptarnos, animándonos a crear negocios holísticos (desde su creación, no desde su rubro necesariamente) donde todos los niveles suyos y nuestros son tenidos en cuenta.
Y eso me trajo la claridad de la frase del post: este negocio me ayuda a hacer mi vida más simple y a expresar parte de mi propósito en esta Tierra, mientras yo bajo y nutro sus deseos y misión. Y esto hago con mis mentorías y consultorías: ayudarte a simplificar y disfrutar de tu vida y de tu negocio.
A fin de mes todas mis propuestas para este año estarán actualizadas en mi web, y se estará abriendo la agenda 2024. Increíble y muy real.
No tengo más que GRACIAS para decirle al Universo.
Y a ustedes, que me permiten dar y recibir.❤