El grado 9°05′ de Leo recibe este 28 de enero a la primera Luna llena del año, opuesta al Sol en Acuario que ha venido sacudido. Se perfecciona a las 16:16 hs (horario Uruguay/Chile/Argentina).
Ese Sol estará en cuadratura a Marte y Urano en Tauro (la Luna también), en sextil a Quirón y en conjunción a Júpiter. Bueno, también Saturno anda metiendo las narices. Y Venus estará en conjunción a Plutón en Capricornio.
El Sol es el regente del signo donde la Luna se va llenando, y sus aspectos esta vez toman más relevancia que en cualquier otra Luna llena.
Estamos cerrando un ciclo de seis meses donde lo importante ha sido -y seguirá siendo unas semanas más- la búsqueda del yo, de la libertad de escoger las etiquetas que me quito o incorporo en mí. Una libertad personal que, bien encaminada, puede guiar a los demás a su propia libertad y así concretar un cambio en el mundo. No es “todo para mí” si Urano está involucrado.
¿Qué implican los contactos a un planeta transpersonal? Que lo personal se vuelve -inevitablemente- colectivo. Que lo que creo que hago por mí y para mí, va a estar tocando a otros de manera mucho más radical de lo que yo creo.
Urano -no olvidemos- es el planeta del cambio. ¿Soy yo sola o vos también estás necesitando/deseando un cambio gi-gan-te?
Por otro lado: ¿qué es lo que estás viendo con claridad? ¿Abriste tu corazón estos últimos meses?
Al estar involucrado Quirón (respondiendo a Marte en Tauro) el tema se vuelve más intenso porque toca lo que nos duele, eso que estamos procurando sanar desde que llegamos al mundo: la herida de separación de nuestra parte física y nuestra parte espiritual.
Melanie Reinhart dice:
“Quirón es la reconciliación y la reparación de la escisión fundamental que hay en nosotros entre lo espiritual y lo instintivo; esto sirve, a su vez, como un prototipo de los otros múltiples pares de opuestos que viven en el seno de la psique.”
Creo que todos vemos, en cualquier lado, la separación cielo-tierra, físico-espiritual, como si no fuéramos un todo completo, como si no fuéramos luces y sombras, cuerpo y alma, pensamiento y emoción. Y al respecto de ello, vuelvo a citar a Melanie:
“(antes del 750 AC) en las zonas que ahora corresponden a Europa y al Oriente Próximo, se adoraba, en multitud de formas diferentes, a la Gran Madre. En cuanto era sinónimo de fertilidad y de la vida instintiva, la supresión de su culto significó una desvalorización general de lo femenino; con el advenimiento del cristianismo, el mundo de los sentidos quedó relegado al dominio del Demonio, del enemigo de Dios. Quedamos así divididos en contra de nosotros mismos, pero si hemos de sanar de esta escisión, si hemos de conseguir que la imagen mítica de Quirón vuelva a hablarnos, debemos examinar profundamente los tiempos del Paleolítico, el amanecer de la conciencia humana, porque hasta allí se remontan los orígenes de su historia.”
Melanie Reinhart
Así llegamos a observar a Quirón en nuestras cartas natales, en tránsitos y en progresiones, como el centauro que puja por unir lo animal y lo humano, el reino material con el espiritual. Quirón es la causa y la medicina cuando decimos que algo nos duele. Y eso somos nosotros también: nuestro propio Quirón y el sanador-herido del planeta.
¿Y Júpiter?
No es menor: el Sol está a punto de perfeccionar su conjunción con Júpiter y ¿qué es lo que siempre hace el gigante gaseoso? Pues agrandar el combo. Júpiter todo lo exagera en una búsqueda de crecimiento, expansión.
Al ser regente del Nodo Sur actual, con quien Neptuno está en cuadratura, Júpiter intenta que sostengamos sólo las creencias que nos ayudan a crecer en libertad y ya no las que sostenemos porque figuras autoritarias nos dijeron qué era lo que teníamos que creer.
Además, es un poco una solicitud para salir del “Yo sé todo” e ir hacia el “Podría aprender algo nuevo/reconocer que no lo sé todo” y sentirme liberada al respecto. ¡Porque cómo libera decir que no lo sabemos todo!
¿Algo más?
Al momento de la Luna llena, Venus va a estar en conjunción con Plutón en Capricornio. Que la intensidad que sentís no te asuste, que te motive para perseguir tus metas.
Venus como principio de deseo y vincular, al conectar con Plutón puede sentirse como llevada forzosamente al inframundo: Hades (Plutón) mitológicamente tiene la mala costumbre de secuestrar a todo aquello que se le resiste. Así se comporta nuestra sombra también: cuanto más la negamos, más crece. Hasta que la vemos a la cara, la abrazamos, la reconocemos como parte nuestra.
Es un contacto hermoso para inversiones materiales, pero considerando al Sol en cuadratura a Marte y Urano en Tauro, y a Mercurio a punto de comenzar a retrogradar en Acuario…lo pensaría bastante bien y me permitiría evaluarlo mejor, si es posible.
Que la inversión sea emocional o de algún tipo de compromiso vincular, es mucho mejor. Para eso no hay tensiones que nos frenen: el corazón manda.
Sobre Leo:
En Leo formamos nuestra identidad, definimos las características de nuestra personalidad, encontramos que tenemos dones, talentos y que algo deberemos hacer para el mundo, ya que el signo opuesto-complementario de Leo es Acuario y no pide dar, ir hacia afuera, salir de mí y del egoísmo.
Es el signo de los romances, los amantes, los reinados y las coronaciones. Siento que las coronaciones son siempre las etiquetas que creemos que nos hacen quienes somos y en realidad son sólo máscaras sobre nuestro real ser, sobre nuestro corazón. Es como creer que por ser astróloga es eso lo que soy, lo que me da valor y hace que los demás se sientan atraídos a mí, olvidando toooodo lo demás que también soy. ¿Me explico?
Si nos vamos a coronar, que sea para salir al mundo transparentes, con el pecho abierto, el corazón latiendo fuerte y gritando “¡Esta es mi naturaleza esencial, sin máscaras ni etiquetas! Soy mi corazón, soy lo que late, soy mi sangre, mis células, mi ADN y mi energía. Soy completa.”
Leo es generoso, es el signo del corazón y viene a aprender a sostener el espacio de su corazón desde un lugar de amor y no de ego. También es el signo relacionado a hijes y niñes en general, y obviamente a la niña/niño/niñe interior.
Así que si estás estresada, si la Luna llena te “pega mal”, si sentís que no te estás relajando y descansando lo suficiente, ¡jugá! Divertite, reíte a carcajadas con amigas, con tu serie favorita o bailando, reíte porque sí pero no te olvides que la vida es un viaje y que pensar todo tanto, nos quita tiempo de disfrutar el recorrido.
Relajá la mente y bailá bajo la Luna.