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Los cuatro elementos: triplicidades

La triplicidad se refiere a los elementos a los que los signos pertenecen, es decir, cuál elemento los identifica y en base a él, se comprende gran parte de su significado arquetípico.

Los cuatro elementos son útiles para entender la naturaleza esencial de la característica psicológica de las personas. La única regla a no olvidar: al elemento hay que nutrirlo.

Comprender los elementos puede contribuir de muchos modos a autoconocernos, mostrándonos cómo podremos vivir mejor con nosotros mismos, satisfacer nuestras necesidades y recargar nuestra energía.

Los elementos nos dan también un índice de cómo podemos encauzar mejor nuestras energías e intenciones.

Paracelso, el médico y astrólogo medieval, a quien Jung consideró un precursor de los psicólogos modernos, atribuía un específico espíritu de la naturaleza a cada uno de los elementos. Estos espíritus, o sus variaciones, se encuentran en todas las mitologías del mundo y simbolizan gráficamente cómo funcionan los elementos.

Veremos a cada uno de ellos en su elemento correspondiente.

Fuego

Aries, Leo, Sagitario.

Relacionado con nuestro cuerpo etérico.

Aries, cardinal: la chispa. Liberación directa de energía hacia una nueva experiencia.

Leo, fijo: la llama. Sostén con lealtad y vitalización que irradia creatividad.

Sagitario, mutable: la brasa. Inquieta aspiración elevada que impulsa hacia un ideal.

El elemento fuego simboliza la intuición del espíritu, el impulso, el movimiento y la acción. Es un elemento vital y espontáneo: son niños de corazón. El comportamiento del fuego es inesperado, irreverente, impredecible, explosivo, exagerado, hasta dramático. Le interesa lo esencial de las experiencias y no puede sentirse aprisionado por la forma, porque se apagará.

Es confiado, afortunado, brillante, libre, caprichoso, apasionado. Para los nativos con mucho fuego la vida es un juego y evitan enfrentarse con la realidad, lo que los puede llevar a ser huidizos e irresponsables. Tienen corazonadas, son generosos y amorosos con los que aman, y todo lo que puedan odiar lo olvidan rápidamente, a menos que sientan su orgullo demasiado herido.

El fuego se asocia con el calor solar, la energía física y el erotismo. Los alquimistas lo consideraban como un agente de transformación: algo se quema, se transforma y renace de las cenizas purificando y venciendo a las tinieblas. Ofrece la pasión y la destrucción, incendiando y convirtiéndose en algo devorador.

Reacciona con una conducta exhibicionista y grandiosa como defensa a su inseguridad y a la sensación de sentirse desvalido, tratando de controlar la realidad mediante fantasías de superioridad.

Los signos de fuego tienden a superar los obstáculos, a incendiarlos o amedrentarlos mediante despliegue de fuerza. Raras veces evidencian una conducta que pudiera denominarse discreta. Viven en un estado de actividad muy excitada e inspirada; y mantener ese estado del ser es crucial para estar sanos y felices. Responden a las situaciones con intensidad, deseando una acción directa en la solución de los problemas, y tendiendo más al impulso que a la deliberación.

Los espíritus del fuego son las salamandras, y se las puede controlar principalmente mediante la placidez.

En otras palabras, los signos de fuego pueden dominar los usos extremos de su energía, cultivando conscientemente un estado tranquilo y plácido de alegría.

Si los signos de fuego pueden aprender este arte de aceptar con calma la vida aquí y ahora, evitarían muchas tensiones y derroche de energía.

CARENCIA DE FUEGO

Si hay carencia de este elemento, en el nivel físico habrá manifestaciones de falta de energía, palidez, frío, deficiencias digestivas, asuntos de la sangre que llamarán la atención.

En el nivel psicológico, puede existir falta de entusiasmo, de vitalidad, deseo, confianza. En síntesis, de ganas de vivir.

La persona puede sentir incapacidad o dificultades para conectar con lo que desea, sentirse desconectada de su intuición y sabiduría interior, como también alguna limitación para encontrarle el sentido vital a las cosas.

Actividades de equilibrio: estar en la naturaleza bajo el sol, hacer ejercicio físico, practicar ejercicios de “respiración de fuego” por la nariz, competir en juegos de cualquier tipo, comer comida picante, leer sobre cuestiones existenciales.

EXCESO DE FUEGO

A nivel físico, se puede manifestar como fiebre, calor, irritación, erupciones cutáneas, inflamación, acidez estomacal o problemas digestivos, taquicardia. En el plano psicológico podemos observar un exceso de confianza en sí mismo, entusiasmo desmedido, impulsividad extrema.

En consecuencia, puede tomar riesgos sin tener en cuenta las consecuencias, y parte de su excesiva confianza puede jugarle en contra.

También pueden presentarse dificultades para regular la energía, ya que la quema rápidamente y se agota.

Para calmar el exceso de fuego, asanas de yoga que enraicen, descargar el exceso de energía haciendo deporte debería terminar con elongaciones y estiramientos que se combinen con esas posiciones para enraizar.

Tierra

Tauro, Virgo, Capricornio.

Relacionado con nuestro cuerpo físico.

Tauro, fijo: el humus. Hondura de apreciación en relación con sensaciones físicas inmediatas.

Virgo, mutable: la arena. Auxilio espontáneo, humildad y necesidad de servir.

Capricornio, cardinal: la roca. Determinación personal de que las cosas se hagan.

El elemento tierra simboliza el sentido práctico, lo material, la prudencia y el método. Se siente mejor en el mundo real y práctico, esforzándose por manifestar sus metas y deseos en lo concreto. Se relaciona con las sensaciones, el cuerpo físico y la realidad. Por medio de los sentidos es como nos relacionamos con el mundo tangible (3D) y mediante la función de la sensación determinamos que algo existe.

Es un elemento eficiente, de sentido común, bien organizado, sensual y realista. Puede dar la impresión de simplicidad, pero sólo es la impresión. La importa la seguridad, la comodidad y es dogmático: “si no lo veo, no lo creo/no existe”.

Los nativos cuando se sienten amenazados intentan controlar el ámbito de lo material, hacen listas, buscan asegurarse de las cosas para evitar escuchar al miedo de que las cosas se les vayan de las manos.

Los signos de tierra se afirman en el mundo material. Son pacientes y perseverantes, con buen sentido común, motivados por el deseo de resultados prácticos y útiles.

Una armonización de este elemento indica que el individuo está en contacto con los sentidos físicos y la realidad de aquí y ahora del mundo material. Los signos de tierra tienden a confiar más en sus sentidos y su razón práctica que en las inspiraciones, consideraciones teóricas o intuiciones de los demás signos. Están armonizados con el mundo de las “formas” que los sentidos y la mente práctica consideran como reales, y su comprensión innata de cómo el mundo material funciona da a los signos de tierra más paciencia y autodisciplina que los demás signos. Raras veces hay que decirles cómo adecuarse al mundo de ganarse la vida, proveer a las necesidades básicas y persistir hasta alcanzar una meta. Todas estas cualidades le llegan naturalmente a los del elemento tierra.

Los espíritus de la tierra son los gnomos, a los que se los ha de controlar mediante jovial generosidad. Evidentemente, la jovial generosidad no es una cualidad que se encuentre por lo común en los signos de tierra, y es por ello que todos pueden beneficiarse algo aprendiéndolo. Y la fuerza y la radiación máximas de los signos de tierra resplandecen cuando asimilan esta cualidad en su naturaleza.

Los espíritus de la tierra son los gnomos, a los que se los ha de controlar mediante jovial generosidad.

Evidentemente, la jovial generosidad no es una cualidad que se encuentre por lo común en los signos de tierra, y es por ello que todos pueden beneficiarse algo aprendiéndolo.

Y la fuerza y la radiación máximas de los signos de tierra resplandecen cuando asimilan esta cualidad en su naturaleza.

CARENCIA DE TIERRA

Cuando hay poco énfasis o nada en elemento tierra, a nivel físico a la persona le costará conectar con sus necesidades básicas, como el hambre o la saciedad de alimento, la falta de líquidos, la necesidad de descansar o de hacer ejercicio, etc.

Les cuesta observar e integrar las limitaciones y exigencias de la vida en el plano concreto. Pueden ignorar la necesidad de independizarse económicamente y vivir en las nubes, falta enraizar en general.

En el plano psicológico, cuesta concretar y manifestar sus ideas, ser más práctico y frugal, bajar la velocidad de su ritmo, contemplar la naturaleza o respetar los tiempos y procesos de la materia.

En sí, les cuesta estar presentes.

La organización “en tiempos” para comer, descansar, hacer listas de metas para concretar y estar en la naturaleza ayudará al equilibrio. Cuidar la alimentación, estar descalzos en tierra o césped, hacer arte o manualidades también es útil.

EXCESO DE TIERRA

A nivel físico se presentará mucha “densidad”, sentirse pesado, rígido, con mucha pereza y tal vez hasta sobrepeso.

En el plano psicológico, es posible la tendencia a la acumulación, al materialismo y a la ambición desmedida. Se le otorga excesivo valor a las cosas concretas, tangibles y objetivas, con desprecio o escepticismo hacia lo no concreto o material.

Suelen vivir con mucha dificultad los cambios, porque su necesidad de estabilidad en lo material se basa en la seguridad de lo conocido, en el orden y estructuras ya establecidas.

Es necesario que para equilibrarse, conecte con el deseo, la filosofía de la vida, hacer ejercicio físico, salir a la naturaleza, tomar aire, conectar con el agua y los otros elementos, hacer actividades nuevas y practicar soltar el control jugando más e improvisando más cosas también.

Aire

Géminis, Libra, Acuario.

Relacionado con nuestro cuerpo mental.

Géminis, mutable: la brisa. Percepción inmediata y verbalización de todas las conexiones.

Libra, cardinal: el viento. Armonización de todas las polaridades en pos de la plenitud personal.

Acuario, fijo: el éter. Desapegada coordinación de toda persona y todo concepto.

El elemento aire simboliza la fuerza intelectual, el espíritu crítico y el distanciamiento objetivo. Es la energía vital que se asoció con la respiración y con lo que los yoguis denominan “prana”.

Es un elemento que piensa, razona y concibe ideas. Le cuesta trabajo establecer contacto con sus sentimientos más profundos, por lo que tampoco le resulta fácil percibir los sentimientos de los demás. Sin embargo, el conocimiento sin estar acompañado de la sabiduría del corazón y de la experiencia, está lleno de carencias.

El aire se asocia con el aliento vital creador, con la palabra, con el vuelo, la ligereza, el perfume y el olor. El viento huracanado está relacionado con la idea de creación. Los individuos con mucho aire, cuando se sienten amenazados desaparecen en su cabeza con exceso de racionalidad, marcando la distancia emocional como defensa.

Los signos de aire tienen la aptitud de desapegarse de la experiencia inmediata, permitiéndose así obtener objetividad, perspectiva y un enfoque racional de todo lo que hacen. Este desapego también les permite trabajar con eficacia con toda clase de personas, porque no creen necesario comprometerse mucho con las preocupaciones o emociones de los demás. Son los más sociables de todos porque pueden apreciar objetivamente los pensamientos de otras personas sin entrar a considerar si están de acuerdo con ellas.

Si se ocupan en demasía de sus ideales abstractos y teorías, pueden desequilibrarse mentalmente y entregarse a toda clase de excentricidad y fanatismo. Pueden sobrevalorar la competencia intelectual y rehusar enfrentar el hecho de que las ideas deben ser puestas a prueba para determinar si funcionan, antes de que pueda atribuírseles gran valor. EI pensamiento es una fuerza tan dominante en las vidas de los signos de aire que se sienten más fácilmente amenazados si se ignoran sus opiniones o se desacredita la calidad de su intelecto.

Paracelso decía que los espíritus de aire eran los silfos, y que se los podía controlar mediante constancia.

Está claro que un enfoque definido y coherente de la vida es algo que los signos de aire bien podrían cultivar.

Para los signos de aire es difícil concretar un compromiso con una resolución determinada, pero es un paso importante en su evolución.

CARENCIA DE AIRE

Físicamente, se suele sentir la clásica “falta de aire”, asma, que se cierre el pecho, sensación de ahogo. En el plano psicológico, cuesta tomar distancia de conflictos o emociones profundas, quedan muy envueltos en ellos.

Son personas que terminan “tomadas” por la realidad, la emoción o el impulso, ya que se les dificulta observar objetivamente.

Para incluir aire, se puede salir a tomar aire respirando conscientemente, observando este respirar. Las actividades aeróbicas y el yoga ayudan a establecer un ritmo regular de la respiración, el cuerpo así se vitaliza y pone en movimiento, lo que aumenta el oxígeno de cada célula.

Estar atentos a los pensamientos como un observador externo ayuda a tomar distancia de los problemas, preocupaciones y excesos emocionales.

EXCESO DE AIRE

Aquí hay actividad mental incesante, extrema racionalización, comunicación excesiva y un alto nivel de ansiedad. La persona no puede sino sacar conclusiones, racionalizar, analizar. Todo pasa por el filtro de la mente y le cuesta bajar a conectar con su corazón.

La meditación es sin duda una gran ayuda para calmar los pensamientos, tanto la que incluye técnicas de respiración, movimiento (como el tai chi) y mindfulness, como pintar mandalas o hacer algo repetitivo que permita poner la mente en pausa.

Agua

Cáncer, Escorpio, Piscis.

Relacionado con nuestro cuerpo emocional.

Cáncer, cardinal: el río. Nutrición instintiva y empatía protectora.

Escorpio, fijo: el pantano. Penetración a través de un intenso poder emotivo.

Piscis, mutable: el mar. Compasión curativa hacia todo lo que sufre.

El elemento agua simboliza lo que fluye, la sensibilidad, la receptividad, la creatividad, imaginación y fantasía. Lo que más preocupa a este elemento son los sentimientos y la fusión emocional. Su vida sentimental los moviliza, sea por sus sentimientos luminosos u oscuros.

Los tres animales de los signos de agua (Cáncer: cangrejo; Escorpio: escorpión y Piscis: peces) se relacionan con las energías más instintivas e inconscientes. El agua reacciona ante cualquier situación personal con toda su carga emocional, por lo cual sus respuestas suelen ser impredecibles. Son muy empáticos, impresionables, sensibles e intuitivos, y sienten con facilidad lo que sienten los demás.

Todo lo que vive procede del agua. El abismo de los mares nos trae una connotación de algo misterioso, profundo e insondable. La inmersión en nuestras aguas significa purificación y renacimiento.

Aunque parezca un elemento frágil, puede adquirir una fuerza insólita en momentos de tempestad o ebullición, ya que todo lo arrasa y destruye con sentimientos incontrolables, que te arrollan y tienen una gran fuerza destructora. Y, como siempre, del agua vuelve a renacer la vida.

Los signos de agua viven en sus sentimientos, y es su estado emocional el que determina su conducta. Se inclinan a aguardar a las circunstancias en procura de guía en la solución de sus problemas.

Los signos de agua están en contacto con sus sentimientos, armonizados con los matices y las sutilezas que muchos otros ni siquiera advierten. El elemento agua representa el reino de la emoción profunda y de las respuestas sentimentales, abarcando desde pasiones compulsivas hasta miedos abrumadores, y una aceptación y un amor omniabarcantes de la creación. Puesto que los sentimientos, por su naturaleza misma, son parcialmente inconscientes, los signos de agua están simultáneamente al tanto del poder de la mente inconsciente y ellos mismos son inconscientes de mucho de lo que realmente los motiva.

Cuando están armonizadas con las dimensiones más profundas de la vida con

plena consciencia, son los signos más intuitivos y psíquicamente sensitivos del zodíaco.

Por último, el elemento agua corresponde al proceso de ganar consciencia a través de una comprensión lenta pero segura de los más hondos anhelos del alma. Los signos de agua conocen instintivamente que deben protegerse de influencias externas a fin de asegurarse la calma interior necesaria para la reflexión profunda y la sutileza de la percepción. La comprensión de la naturaleza verdadera de sus emociones y anhelos es un proceso lento y a menudo doloroso, pero en la medida en que quieran enfrentar sus verdaderas motivaciones, tienen la seguridad de acrecentar el contento interior con el curso de los años.

A las ondinas se las consideraba los espíritus del agua, y Paracelso expresaba que se las debía controlar con firmeza.

De allí que podamos aprender que las personas de agua necesitan ser firmes consigo mismas y, asimismo, que esa firmeza es con frecuencia el mejor modo de tratar a este tipo de persona, especialmente cuando sus emociones están fuera de control.

CARENCIA DE AGUA

En el nivel físico, se puede experimentar como síntomas de deshidratación, irritabilidad, asperezas en la piel. Puede generar pérdida de peso, sequedad en general y afectar el sistema urinario, digestivo, reproductivo y la piel. En cuanto a lo psicológico, puede haber dificultad para tomar contacto con las necesidades emocionales y para dar y recibir afecto.

La persona con poco o nada de agua, puede manifestar cierta frialdad emocional por miedo a las emociones mismas, sea por ser tan intensas o desconocidas. Presenta una coraza muy grande que la lleva a actuar sin tener en cuenta los sentimientos propios o ajenos. Puede ser calculadora, estratega, poco empática y hasta despótica.

La sugerencia es sumergirse en alguna terapia corporal -ya que en el cuerpo están grabadas las emociones-, conectar con el agua, nadar, y dejarse fluir sea mirando su oleaje o disfrutando ser mecido por ella.

EXCESO DE AGUA

En el cuerpo, el fuego digestivo se apaga y la digestión se ralentiza, lo que genera sensación de pesadez, edemas o exceso de peso. En el plano psicológico, hay desbordes emocionales y sensación de pérdida de control.

La persona puede sentir falta de deseo, confianza y motivación. Puede tener tendencia a sentir vulnerabilidad, depresión o un gran caudal de miedos.

Le ayuda escribir -poner en palabras lo que siente-. La palabra escrita o expresada ayuda a tomar distancia y a observar sus emociones desde un nuevo lugar. Expresarse con el movimiento, bailar, sacando todas sus emociones fuera del cuerpo. Llorara también es de ayuda.

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