Acuario es un signo de des-aprendizaje.
Su cualidad fija y saturnina nos permite estructurar nuevas realidades junto a su cualidad uraniana de disrupción, igualdad y cambio.
Al ser un signo que tiene dos planetas regentes, es bastante clásico encontrar doble manifestación en las personas de Sol, ascendente, Luna o stelliums en Acuario: o son rígidos, estructurados e inamovibles, o son desapegados, cambiantes y más “extravagantes” que el resto.
Y de esa doble tonalidad se tratan los próximos años: su regente antiguo, Saturno, transitando por allí tendrá fuerza restrictiva, que responde al deber ser y a la necesidad de mantenerlo “todo como está”, y su regente moderno, Urano, transitando Tauro lo que más quiere hacer es sacudir nuestras bases, lo que creemos que son nuestros valores y noción de seguridad, apegos y comodidades.
No serán años de estabilidad como la conocemos, ni de normalidad. Para lograr un cambio, siempre se ha requerido romper con lo establecido, por más hondo que se encuentre su raíz. Una raíz que tarde o temprano se pudre y es preciso arrancar.
Bueno, ya está podrida. Nos encontramos -como humanidad- en plena nigredo, en una fase alquímica y escorpiana donde la putrefacción ya huele demasiado mal como para poder seguir ignorándola. Donde, si queremos realmente llegar a una nueva era dorada, de amor y de luz, deberemos reconocer íntegramente nuestras sombras. No es ni un proceso grato ni que haremos completo en nuestras vidas, pero se requiere, al menos, que lo comencemos.
La nigredo es la primera de las tres etapas alquímicas para poder convertir un material en oro. Si queremos evolucionar, lo primero es permitirnos la transformación de la materia que siempre fuimos. No es casual que esta etapa esté asociada a Saturno. Es una etapa de gran y profunda conexión con nuestras sombras personales y colectivas.
Los nacidos a finales del 82 y principios del 83 estamos viviendo cuadraturas a nuestra conjunción natal Saturno-Plutón desde enero 2020 y seguiremos haciendo consciente al inconsciente colectivo. Si algo podemos hacer, es transmitir lo que nos nace y fluye por nosotros para poder brindar claridad, como canales.
Seguimos bajo los efectos del eclipse solar en Sagitario, la temporada de eclipses aún sigue activa, y ni hablemos de los efectos de la triple conjunción que siguen en pie, así como los de la Gran Mutación, que recién empiezan.
Las causas sociales serán las que más revuelo armen y las que nos permitan, como sociedad, acceder a una mayor igualdad de derechos y libertades. Aunque claramente habrá grandes sectores elitistas que preferirán que todo siga sosteniéndose bajo apariencias que ya están temblando desestabilizadas. Los sectores más poderosos, abusadores y dictadores seguirán pretendiendo tener el mayor poder posible sobre el común de la gente, como siempre.
Las restricciones a las libertades no tardaron nada en llegar, observándose primero en redes sociales, gran territorio acuariano por excelencia. Mientras tanto, la posibilidad de regular el trabajo remoto y de adaptarnos a él nos pueden jugar a favor.
La flexibilidad y la capacidad de adaptación ante los cambios serán lo que nos ayuden a surfear las intensas olas de estos próximos años. Lo que queramos sostener, resistir o negar, sencillamente se hará más fuerte que antes.
Ojalá soltar y desapegarse fuera tarea de un día, pero es un proceso largo y que nos enfrenta a nuestras sombras, miedos y propios demonios.
Tengámonos pa cien cia.