¡Este sitio está experimentando algunos cambios este mes! Algunas funciones pueden estar deshabilitadas.

Gracias por su comprensión :)

Casi mato a mi membresía

Tenía una relación de amor-odio con el concepto #membresía.
Mejor dicho, con lo que mi mente me presionaba al respecto.

Me encanta la #comunidad que se crea, la conexión íntima, la confianza… eso para mí es realmente una #mentoría. El poder estar cerca entre nosotras y más allá de mi rol, sentir que todas crecemos, aprendemos, y compartimos cosas como en un grupo de amigas. Es hermoso.

Pero mi mente siempre me presionaba con dar de más.
Y sé que así como una cree que es una ventaja, no lo es tanto.
Aunque por otro lado, me es inevitable: yo no puedo darme a medias, de a poquito, como moneditas. No, a mí mi intensidad me pide darme entera y saber que eso implica abrazar mi capacidad de poner límites siempre (de otra manera no podría darme como lo hago, olvidate).

La diferencia es que, cuando lo doy todo, ya sé que no debo seguir creyendo que aún “falta”. Es más, aprendí que a veces menos es más, y que una buena estructura ordenada puede hacer maravillas.

Me llevó mucho tiempo ver y comprender esto (gracias, #diseñohumano). Y ahora es que lo entiendo.

Mi #MembresíaAlba nació en 2020 y fue mutando innumerables veces. Quizás sea su #energía de #stellium#sagitariano o su #Urano inaspectado, pero el tema es que nunca la dejé quieta. Porque nunca terminaba de cerrarme la forma en la que estaba creada.

Mucho tiempo la dejé descansar tranquila, mientras pensaba en “matarla”, porque no se me ocurría una manera de revivirla que me atrapara y con la que ella se desplegara mejor, acorde a la mutación total que estuvo atravesando mi trabajo.
Y ese momento llegó.

Ahora, casi como un presagio sobre su propio nombre, Alba renace. Amanece.
Y lo hace para quedarse así al menos por un año, así que viene empoderada, con compromiso, con nueva energía y renovada.

Casi la dejo morir porque no estaba siendo coherente con quiénes somos hoy mi negocio y yo. Casi la mato porque “no encajaba”.
Qué cruel, ¿cierto? Si algo no parece encajar, lo abandonamos. En lugar de buscar la mejor manera de hacerle lugar a lo diferente.
Así que lo hice.
Y la alineé conmigo.

Compartir en

Más para leer