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Nadie es perfecto: todos nacemos con la herida quironiana

Quirón: el sanador herido y la herida de la humanidad

Jamás llegaremos a ser perfectos en la manera -mental- en la que buscamos a esa perfección, a menos que aceptemos nuestra naturaleza completa. ¡Que ya es perfecta!

Es confuso, lo sé.

Buscamos el ideal de perfección creyendo que eso significa no tener fallas, dolores, quiebres internos, defectos, ni vivir fracasos. Es decir, buscamos bloquear nuestra oscuridad, negar nuestra sombra.

Para quienes recién comienzan a leerme, soy fan de integrar la propia sombra como camino de aceptación hacia el amor propio. Negando lo doloroso no nos haremos libres. Rompemos las cadenas -que son mentales- cuando nos animamos a vernos completos.

En el Universo nada es dual, ya que la dualidad es un concepto exclusivo de la tercera dimensión de consciencia y material donde vivimos. Entonces, si no hay dualidad, en el Universo todo es perfecto.

No se trata de decir con liviandad que ya por ser parte del Universo somos perfectos (sería ideal) sino de trabajar el perdón hacia nosotros mismos, de animarnos a hurgar en lo desconocido y en lo doloroso, y reconocer que siendo humanos es como somos perfectos. Se trata de abrazarnos completos.

La herida primordial

Todos nacemos con la herida primordial quironiana, que es una herida compartida por toda la humanidad: la de la encarnación. Veníamos pisteando en el ámbito etéreo como unos campeones, siendo almas y estando unidos con el Todo, y de repente, PIMBA, tenemos un cuerpo y estamos separados de todo lo demás. Algo nos contiene, nos limita.

De repente, todo lo que era espiritual se separa de lo material: la herida de encarnación viene acompañada de la creencia de separación entre lo físico y lo espiritual.

Entonces, si trabajo en algo espiritual “está mal cobrarlo”; si soy científica no puedo tener fe en algo que no veo; si soy muy física o activa sexualmente no puedo “ser espiritual” (son ejemplos exagerados para que se entienda el punto).

Quirón nos viene a enseñar que donde sea que esta herida se manifieste en tu vida (esto que expliqué es sólo la base, pero cada herida es personal y se ve en cada carta natal) también está su sanación, su medicina.

Quirón es chamán, sabio curandero, guía de las almas hacia su propia sanación.

Como todo chamán, nos lleva a viajes iniciáticos en los que, cuando estamos inmersos, podemos no ser conscientes de ellos: los reconocemos tiempo después, cuando ya los atravesamos. No es necesario que sean viajes literales, ni enormes ni radicales: siempre que al retornar te sientas transformada en algún nivel de consciencia, Quirón ha estado guiando tus pasos.

La historia de Quirón subraya la necesidad de aceptar que estamos heridos como condición
previa para que se produzca la sanación y demuestra también cómo la sabiduría de nuestra propia psique puede aportarnos la curación de maneras que nos resultan difíciles de aceptar.

Melanie Reinhart

La herida sólo puede ser curada por su causa

Quirón está asociado con el principio homeopático del restablecimiento, el cual expresa que «lo igual cura lo igual». Esto se observa sobretodo con los tránsitos de Quirón a planetas o ángulos de nuestra carta natal o con personas con quienes su carta en sinastría con la nuestra aspecta a Quirón.

Citando nuevamente a Melanie Reinhart:

“En términos psicológicos podemos equiparar esto con la «repetición compulsiva». El recuerdo de una sensación dolorosa, almacenado en el inconsciente, tenderá a atraer, en el presente, situaciones que repitan los mismos ingredientes, renovando así la antigua herida. Sin embargo, estos ciclos de repetición ocurren porque hay una herida que aún sigue intentando sanar, y/o porque algún cambio de actitud o alguna expansión de la conciencia pugna por realizarse. En momentos así es posible la sanación, pero si la dosis de repetición es exagerada, puede llegar a abrumar a la persona, y la herida, en vez de curarse, puede hacerse más profunda.”

Por esto es que, cuando vivimos situaciones que nos recuerdan a algún dolor, son oportunidades enormes para la sanación.

Si necesitás guía para comprender y abrazar a tu Quirón, podés escribirme a tienda@alemodarelli.com para reservar tu sesión de carta natal o reservarla ingresando directamente a la Tienda aquí.

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