¡Este sitio está experimentando algunos cambios este mes! Algunas funciones pueden estar deshabilitadas.

Gracias por su comprensión :)

Segunda cuadratura Marte-Plutón

Marte perfecciona su segunda cuadratura a Plutón en Capricornio, la anterior fue el 13 de agosto y la próxima será el 23 de diciembre.

Detona.
Explota.
Sacude.
Incendia.
Estalla.

De cuántas cosas ya estamos hartos.
Cuántas cosas podríamos quemar.
Si tan sólo pudiéramos apagar los fuegos que queman la vida, los fuegos iniciados por el hambre de poder.
Cuántas cosas nos tienen al borde del abismo. Cansados, aturdidos.

Ninguna “nueva normalidad” será posible si seguimos destruyendo todo lo que nos nutre y alimentando lo que nos daña.
Ninguna nueva normalidad.

No hay nada normal, y lo nuevo no se sabe cómo vendrá, mucho menos si será normal, cosa que dudo.
Hay una estampida llevándose puesto todo lo que hasta marzo considerábamos normal. Y nada de eso va a quedar en pie, tenemos que dejar de pretender sostener lo que se nos hizo -y hemos hecho- insostenible.

El mundo precisa nuestra ayuda y nosotros preguntamos cómo nos toca esta cuadratura en nuestra carta personal.

La verdad es que no importa cómo toque a tu carta si vas a seguir haciendo lo mismo de siempre, queriendo tener el control o aferrándote a tus miedos para no avanzar. La verdad, no importa qué hace el cielo con vos si vos no te responsabilizás de tus actos.

De consumir menos carne.
De contaminar menos.
De producir menos basura.
De dejar los juicios atrás.
De calmar tu impaciencia.
De pensar las cosas dos veces cuando implican a otros.
De bajar el volumen de tu ego.
De ponerte menos en el centro.
De mirar a la cara tu propia sombra. Sí, todos la tenemos, nadie está libre de sus propios demonios. Lo que importa es si los seguís negando y señalándoselos a los demás, o si los abrazás reconociendo que también sos eso. Porque no hacerse cargo de la propia sombra, también contamina.
Hacete cargo de colaborar un poco más y de destruir tu casa un poco menos.

Me siento muy cansada. Enojada.
Menos mal que siempre me alimenta la esperanza.

Compartir en

Más para leer