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Mi propósito es ser quien soy

Muchas veces llegan a las sesiones o procesos astrológicos conmigo buscando algo tan trascendental como su propósito.

Muchas veces llegan a las sesiones o procesos astrológicos conmigo buscando su propósito, como si algo tan enorme y trascendental pudiera resumirse, explicarse o ponerse en palabras.

Y sé que la gran mayoría lo buscamos hasta el hartazgo, o hasta darnos cuenta que ninguna búsqueda externa, por más exhaustiva que sea, dará frutos sinceros.

Si buscamos al propósito pensando en trabajar de eso, estamos buscando a nuestra vocación, que no le llega a los talones al primero.

Desde la primera vez que me encontré con la palabra “propósito” quise saber cuál era el mío, pesquisando en todos lados a ver si encontraba a esa definición divina que me salvara de mí misma. Pero en realidad tenía que salvarme -sanarme- primero yo para entender de qué se trataba todo.

Somos energía divina anclada en la Tierra gracias al cuerpo físico, somos dones de la divinidad expresándose en esta encarnación, ¡y ese ya es nuestro propósito! ¡Ser! ¡Existir! Dejarnos ser en paz debería ser la única regla a respetar desde que nacemos, para nosotros y para los demás.

En la construcción de nuestra identidad terminamos creyendo que eso es todo lo que somos, que lo que nos define nos imprime algún tipo de valor y que nuestros condicionamientos protectores demuestran que “yo soy así”.

Al terminar la escuela, nuestr@s compañer@s nos escriben “no cambies nunca”, como si fuera la peor premonición del resto de nuestras vidas. Nadie desea un epitafio que diga “Nació, vivió y no cambió nunca.” (“y por eso se murió”)

¿Cómo no voy a cambiar, si me construí en base a algo que no soy y necesito, lo más urgente posible, reencontrarme con mi esencia?

El propósito es hacer el camino de vuelta a casa, de deconstrucción, desprogramación de esos seres en los que nos convertimos siguiendo normas, deber ser y herencias, para recordar nuestra única verdad. Ojo, por algo nos convertimos en eso y no en otra cosa: todo en nuestra vida tiene su propósito. Y el nuestro es permitirnos atravesar todas esas etapas, construcciones y destrucciones, ciclos y experiencias, que nos forman y nos transforman.

El propósito es ser quienes somos, animarnos a cambiar, a hacer alquimia en nuestro ser, convertirnos en oro. Y ese es el oro del espíritu viviendo en la Tierra.

En estos días estamos sintiendo la triple conjunción de Marte, Urano y el Nodo Norte en Tauro. Tu propósito es expresar tu verdad, tu esencia, alinearte con tu naturaleza y experimentar una vida creativa, cambiante y llena de disfrute.

Merecés eso, y más.

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