Luna llena en Acuario

No me interesa ser especial
No me interesa ser una elegida
No me importa si los demás ven que soy diferente o si creen que soy una más
No me importa lo que dicen de mí, ya bastante aprendí que lo que decimos de otros habla de nosotros

Lo que no me importa parece apatía pero en realidad es hartazgo, porque toda la vida busqué “no ser una más” y me dejé en paz cuando me dí cuenta que, como todo el mundo, no lo soy.

Me satura entrar a las redes y ver que todo el mundo me ofrece cosas, me dice que tengo que trabajar en mi prosperidad, aprender este curso, manifestar con esta técnica, sumar sumar sumar cosas a mi mente como si esa fuera la solución a todo lo que hoy me atraviesa.

Yo no quiero aprender más nada.

No necesito aprender más nada con la mente.

No quiero comprar cursos, capacitaciones, ni seguir dándole la prioridad a mi hemisferio izquierdo.

Me cansé de pensar.
Me cansé de aprender.
Me cansé de temer no saber y no validar lo que sí sé.
Me cansé de buscar la aprobación en que tal persona diga que puedo trabajar de lo que amo, o no, porque todos somos jueces y hasta yo lo soy.
Me cansé de juzgar.
Me cansé de cuestionar lo que en realidad me hace perder energía.

Nada tiene sentido en mi vida si el sentido no me lo doy yo.

Volver a mí, escucharme, estar en silencio, nutrirme a mí misma, me permite volver a casa.

Necesito vaciarme, estar en blanco, lanzarme al vacío de lo desconocido, romper todos mis paradigmas, liberarme radicalmente de mis creencias limitantes.

Lo único que tengo es mi valentía para dejar de ser quien soy.

La Luna se llenó en Acuario y puede que todos estemos necesitando cambiar.

Aspectos

La Luna se llenó en el grado 19°21′ de Acuario en conjunción a Saturno, cuadratura a los Nodos en Tauro y Escorpio y en sextil a Quirón: lo que duele es no permitirme ser yo.

Creer que tengo que ser alguien más, limitarme por miedo -a lo que sea-, no poder expresar mi esencia.

Duele restringir la propia magia y dejarnos vencer por la realidad abrumadora.

Duele no confiar nunca en nuestro potencial, en nuestro camino, en lo que tenemos para dar.

Duele no confiar en el futuro y traer el pasado al presente todo el tiempo, porque es lo conocido.

Tal vez, de lo que se trate la vida es de trascenderla. De darnos cuenta que es un juego donde no hemos venido a sufrir, pero para disfrutarlo, necesitamos reprogramarnos, descargar el nuevo sistema operativo, actualizarnos.

No quiero vivir a mis (poné tu edad aquí) de la misma manera que viví a mis veinte, entonces necesito permitirme el cambio, la destrucción de las viejas formas, creencias y comportamientos.

Necesito amigarme con la muerte de las formas. Con que la realidad detrás de lo real es otra. Con que los finales son inicios y todo inicio viene predestinado a un final.

Lo eterno únicamente es lo que realmente somos.

Pero qué dificil conciliar en esta dimensión la eternidad y lo concreto, ¿cómo se hace? ¿Cómo bajamos el cielo a la Tierra? ¿Cómo expresar nuestra divinidad en esta encarnación? ¿Cómo conciliamos ciencia y espíritu? ¿Cómo nos amigamos con nuestras dualidades?

Con Saturno encontramos el límite que nos da la forma y que aparenta tener la realidad actual, y con el Sol queremos desplegar nuestras alas para brillar sin temor, sin vergüenza, sin fronteras.

Amigarnos con todas las formas que hemos tenido a través del tiempo, nuestros ciclos, nuestras etapas, es un poco poder brillar. Porque más lo hacemos cuanto más nos amigamos con el pasado, cuando en la aceptación de todo lo que fue y lo que es, nos rendimos a que vinimos un rato. Estamos de viaje, y nadie quiere viajar sin disfrutar.

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Esta Luna llena cierra un ciclo que abrimos el 1 de febrero con la Luna nueva en Acuario, también al lado de Saturno.

Estamos aprendiendo a masterizar la 3D para ascender en consciencia y en ese proceso es natural dejarnos ir, destruirnos, deprimirnos en la angustia de lo concreto, en la incertidumbre de la materia.

Responsabilizarnos y comprometernos con nuestro rol en el mundo y amigarnos con el tiempo ha sido el viaje, y estas palabras las seguirá llevando consigo Venus, en su trayecto hasta julio de 2023.

Ahora podemos enfocarnos en existir sin barreras, poniendo la mente al servicio del corazón.

Puede que sea la única forma de vivir sin resistencias.