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La noche oscura del Alma.

Un poco de historia (personal)

En el 2002 tenía 19 años. Había tenido que dejar la facultad, en casa me estaban exigiendo que buscara trabajo, hacía un tiempo me habían roto el corazón y, aunque estaba en una relación, sabía que no había sanado del todo.

No sabía si quería retomar mis estudios y, en ese caso, cómo, dónde, con qué dinero. La crisis del 2001 en Argentina había pegado fuerte. No quería trabajar de algo que no me gustara. En realidad, no quería nada. Nadie me entendía, tenía pensamientos oscurísimos, sentía urgencia por escapar de todas las presiones, incluyendo las de mi cabeza. Soñaba con viajar, con irme a un retiro bien lejos, donde nadie me pudiera encontrar y mucho menos romper los ovarios. Sentía mucha ira, celos, odio, mucho pero mucho dolor.

Estaba completamente insegura en todos los aspectos de mi vida, sentía que podía volverme loca.
Me la pasaba llorando, durmiendo, desganada, ni siquiera de averiguar qué me gustaba en la vida.

Un día me dí cuenta que la cabecera de mi cama daba, al otro lado de la pared, con el baño, directamente hacia el inodoro. Todos los desechos de mi casa parecían llenar mi cabeza. Me acuerdo hasta del día en que le conté a mamá y me ayudó a cambiar la cama de lugar. Ahí, poco a poco, todo empezó a mejorar. Pero muy pacientemente, nada muy loco. Yo seguía sintiéndome…incomprendida, rebelde, confusa, perdida.

En ese entonces, la música me salvaba la cabeza, fue mi salvavidas. Cadena Perpetua, sobretodo, una banda que siempre me ayudó a comprenderme y a la que le estoy eternamente agradecida. Sentía que con sus letras me podía hacer entender, que por fin descubría que alguien más se sentía como yo.
A veces creo que fue parte de la adolescencia, de mi búsqueda de identidad, y que fue necesario sentirme tan perdida. Pero esa no fue la única vez. Un lema de mi blog personal en ese entonces era “Vivo en crisis existencial”.

Mi ascendente en Escorpio me llevó a incontables noches oscuras sin esperarlo, antes y después de esa. Cuando comencé a estudiar astrología, todo comenzó a tener sentido. Ahora ya reconozco cuando ese proceso asoma, y me dejo llevar, porque resistirme sólo me provoca dolor.

De todos modos, tengas el ascendente que tengas, es más normal vivir esta crisis varias veces en la vida que una sola, aunque la primera suele ser la más grande e identificable con los “síntomas” de los que te hablo más abajo.

¿Qué es la noche oscura del Alma?

Es un período de la vida en el que perdemos la fe, nos sentimos deprimidos, sin norte, como hundidos en nuestra parte oscura sin siquiera saber si podremos salir de allí. Es un quiebre dentro de nuestro camino y se relaciona más que nada a la búsqueda espiritual. Se llama así por un poema escrito por San Juan de la Cruz en su camino de ascensión espiritual, en la búsqueda para unirse con su dios.

La noche oscura del Alma es una crisis existencial luego de la cual salimos renacidos, y creamos grandes cambios en nuestra vida.

Astrológicamente, hay períodos muy marcados de tránsitos astrológicos y progresiones, que pueden indicar este período. Porque es sólo eso, un período, un capítulo de nuestras vidas.
Es como una purga, una limpieza para comenzar a tomar consciencia de otras cosas importantes en nuestra vida, incluso es un reencarrilamiento, donde no podemos forzar la aparición de la luz: tenemos que atravesar el proceso porque saldremos de allí más fuertes y llenas de poder.

La entrega al proceso es fundamental para que duela lo menos posible y para permitir que se nos muestre todo aquello que debemos liberar, dejar ir, despedir.

Podés estar experimentándola si:

-No tenés motivación para nada, ni siquiera para llorar o salir de la cama
-Te sentís perdida/o, no sabés hacia dónde ir o qué paso siguiente darás o “deberías dar”
-Comenzás a cuestionar tus “debería” y te nace una especie de rebeldía ante todo lo impuesto, incluso por vos misma/o
-Experimentás tristeza, angustia, miedos, confusión, irritabilidad, ira repentina, y sentís que estás sola/o en el mundo, que nadie te entiende
-Necesitás definir tu personalidad, tu identidad y te atrae el mundo espiritual, el de contacto con tu niña/o interior y con tu Alma
-Creés que antes era todo mejor, antes de cuestionarte, antes de enjuiciarte a vos misma/o, antes de…
-Sentís que estás tocando fondo y no tenés esperanzas
-Estás en un umbral, en un quiebre, donde tenés que tomar una decisión
-Todo se siente oscuro, turbio, hasta que descubrís que hay algo en tu vida que tiene que irse o cambiar

Puede confundirse con la depresión, así que, aunque sigas leyendo, te recomiendo consultar con algún especialista en salud mental tan pronto puedas, para que te guíe al respecto.

Es un momento de prueba, de introspección, donde lo que peor nos hace es intentar cumplir con las exigencias del entorno, sobretodo si son de parte de entes o personas con quienes estamos reevaluando el vínculo. Sentimos que nos podemos volver locos si nos siguen “molestando”. Puede sonar bastante egoísta, pero es un proceso vital para el renacer, porque nos pone en contacto con nuestra propia oscuridad, para que al conocerla, comencemos a aceptarla e integrarla en nosotros. Pero, puede suceder que eso nos frustre aún más…

¿Qué hago si estoy atravesando este período?

Lo fundamental es reconocer que es pasajero, aunque a primera impresión parezca que no lo es.

Yo creo que escribir todo lo que me pasaba fue parte de mi proceso y me permitió liberar todo lo que tenía dentro. Así que te recomiendo eso como primera tarea: expresá lo que te pasa, sacálo de adentro.

Lo otro, como dije más arriba, fue la música. Escuchá bandas y cantantes con los que conectes, que te levanten el ánimo o al menos reflejen lo que te pasa, para ayudarte a comprenderlo.

La meditación es otro gran plus: guiada, en silencio, con música, etc. Tratá de acercarte poco a poco y no te frustres si en los primeros intentos no pasa nada: a casi nadie le pasa.

Apreciá el presente. Salí a la naturaleza, vinculate con el mundo a través de tus sentidos. “Ahora mismo estoy tocando esta textura, saboreando esta comida, mirando esta cosa, etc.” Bajar al presente calma la ansiedad que te provoca no saber cuándo pasará.

Pero pasa. Mi recomendación es no resistirte a tu sombra y pedir ayuda, siempre hablarlo con alguien es sanador, aunque la mayoría de tu tiempo lo quieras pasar a solas.
Y si querés ayudar al proceso, una consulta de carta natal sobretodo con terapia floral puede ser una guía que te traiga un poquito de luz en el camino.

Te abrazo y sabé que no estás sola/o.
La luz está ahí, aunque todavía no la veas.

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