En el proceso del despertar de consciencia, es decir, de despertar a la noción de que “esto no es lo único que existe” y de conocernos espiritualmente -por sintetizarlo de alguna manera- comenzamos a observar que no somos los únicos habitando este planeta. De hecho, se dice que los humanos podemos acceder hasta 9 u 11 dimensiones -de las miles probables- con todo nuestro potencial desarrollado, y en cada dimensión hay seres acordes a la vibración de la misma. E incluso, somos “visitados” por seres de muchos sistemas estelares y que están más cerca de la Fuente de Energía Divina que nosotros (la Diosa-Dios). Estos seres incluyen a los ángeles y arcángeles, maestros ascendidos (que tuvieron una o varias vidas terrenales donde masterizaron la materia), energía en forma de diosas y dioses (se dice que la energía tiene una intención y es interpretada por el humano en forma de un maestro o diosa/dios que la mente puede identificar y con quien se siente seguro, confiado, pero que por sí misma no tiene forma reconocible), seres estelares como pleyadianos, sirianos, oriones…y en un nivel más “cercano”, cada ser humano cuenta con su ángel de la guarda y con un máximo de 33 guías.
Los guías no son tan conocidos como los ángeles pero para mí son igualmente importantes. Podemos contactar con ellos de manera mucho más “fácil” que con los ángeles, que tienen una vibración mucho más elevada porque siempre fueron ángeles, son energía divina. En cambio, la gran mayoría de los guías ha experimentado algún tipo de vida o existencia, sobretodo tridimensional, y ha ascendido para seguir con su tarea de servicio.
Para conectar con ellos, lo primero es reconocer que sos energía, espíritu, un Alma cósmica viviendo una experiencia material. Tu Alma es fácilmente identificable con las cosas que amás, los juegos que preferías en la infancia y tu energía primaria: activa, pasiva, enérgica y emprendedora, creativa y apasionada, aventurera y dinámica, intensa y fuerte, arremolinada y fresca, etc…
El primer paso antes de conectar con tus guías personales, es reconocer qué te gusta, qué te hace feliz, y así abrir las puertas de contacto con tu propia Alma, para alimentarla, nutrirla. ¿Cómo podés hacer esto? -Escuchando la música que más feliz y alegre te pone
-Cantando y bailando
-Celebrando estar viva
-Dándote un baño relajante con tus aromas favoritos
-Meditando
-Decorando tu casa o rincón favorito, ¡armando un altar!
-No haciendo nada
-Haciendo lo que más ames en el mundo sin sentir culpa ni excusarte (claramente no tiene que ser algo que lastime a otro ser vivo)
-Pasear en la naturaleza
-Hacer ejercicio
-Escribiéndole o hablándole, al fin y al cabo tu Alma es vos misma
-Riéndote a carcajadas
-Confesándote a vos misma qué harías si no tuvieras miedo
(el miedo es una forma en la que “somos controlados” por fuerzas dominantes que no nos quieren despiertos ni conscientes)
-Haciendo algo creativo sin importar el qué dirán: pintar, escribir, dibujar, cocinar algo nuevo, salir a caminar por una zona que no es la acostumbrada, reciclando prendas o accesorios, etc…
-Estando en silencio
Una vez que comiences a nutrir a tu Alma, el contacto será cada vez más fluído. Te sugiero que comiences hablándole como si fuera tu mejor amiga, porque cuando hacemos las cosas “para un otro” es mucho más fácil que hacerla para nosotros mismos, sobretodo al iniciar algo tan profundo…pero llegará un momento en que comiences a hablarle como parte tuya, no dual y separada, sino como tu propia esencia. El Alma sabe cuál es nuestro camino, nuestro Norte, y RECONOCERNOS COMO UN ALMA es la meta de todos estos pasos. No es algo ajeno o separado de vos, TU ALMA SOS VOS.
En astrología el Alma es vinculada con la Luna, con Neptuno y hasta con Plutón, aunque la Luna y el Sol son el fiel reflejo de su pureza, en su estado de vibración más alto. En general, creo que el Alma se refleja en toda la carta, es un combo de espíritu + personalidad (alma + ego si preferís llamarlo así).
Los Guías Espirituales han estado ligados a la tierra al menos una vez y por eso pueden ayudarnos con su visión “terrenal”. Nuestros ángeles nos guían y ayudan en todo momento, pero los guías únicamente pueden hacerlo si les pedimos que así sea. Como mucho, ellos querrán atraer nuestra atención para que les pidamos ayuda porque ven cosas que nosotros no podemos percibir.
Los guías pueden ser familiares desencarnados, seres que en otra vida han colaborado de manera muy cercana con nosotros, maestros espirituales, etc… Provienen de muchas dimensiones y campos energéticos diferentes, y todos están en algún proceso de evolución de su Alma, en servicio. También pueden ser seres de otras galaxias y sistemas solares. Pero los guías más “famosos” son los animales, llamados “Animales de Poder” para el chamanismo. Nuestras mascotas ya fallecidas pueden ser guías nuestras incluso.
En general, podemos tener un máximo de 33 guías espirituales, pero a medida que expandimos nuestra consciencia y elevamos nuestra vibración, ellos pueden ser muchos más.
Hay claves para vincularte con ellos:
1- Preguntarte cuán lista estás para recibirlos
2- Aprender a aquietar la mente y a escuchar a tu interior
3- Hacer ejercicio
4- No hacerte la víctima, sino responsabilizarte 100% de tu vida
5- Perdonar y no juzgar
6- No tener expectativas
7- Comenzar por escribirles
Más adelante les voy a seguir compartiendo consejos para contactarse con sus propios guías.
*Créditos de ilustración desconocidos.