Mil cuentas/personas te dicen cuál es la receta del éxito o de la felicidad, como si fueras un ser idéntico al resto.
Qué cosas tenés que hacer para vender más y mejor en tu negocio, como si tu negocio fuera igual al de todo el mundo.
Cuáles son los tips para conseguir materializar tus deseos, como si fueran los mismos que desea toda la humanidad.
Ya no va más jurar ser el gurú que tiene la única verdad sobre cómo la gente tiene que vivir, creyendo que somos seres cortados del mismo molde y sin especificaciones únicas.
Ya no van más las frases trilladas, repetidas, de película romántica o de influencer del bienestar que nunca se cuestionó nada o no se pone en los zapatos del otro y nos encasilla a todos como robots.
Somos únicos. Estamos todos diseñados, “cableados” diferente.
Venimos a ocupar un lugar específico en el mundo que nadie más puede ocupar.
Venimos a hacer cosas que nadie más vino a hacer, a relacionarnos con personas que necesitan eso que sólo nosotros podemos darles.
No vinimos a seguir fórmulas, doctrinas o mandatos ajenos, sino a descubrir la receta propia.
Y esa receta se encuentra tanto en nuestra esencia divina como en nuestro ADN.
Sos única.
Entender cómo estás diseñada te libera de un montón de compromisos, condicionamientos y de un deber ser que no estás hecha para obedecer.