El Centro Galáctico es -astronómicamente- el centro de rotación de la Vía Láctea y dentro de él se encuentra un agujero negro supermasivo. Es como el Sol de nuestro Sol, y algunos astrólogos lo consideran el segundo punto más importante luego del Sol en la carta natal.
No es un punto matemático y siempre se ubica alrededor de los 27 grados de Sagitario en la carta natal. No tiene ningún tipo de movimiento.
Su significado astrológico es muy fuerte y representa la espiritualidad en su punto más alto, el despertar de la conciencia, una puerta de entrada de energía cósmica, como si todo el conocimiento universal y estelar entrara por allí, como si el mismísimo cosmos nos hablara por allí. Es un punto de motivación, creativo, original. Está relacionado a la invención, al interés por el universo, a la espiritualidad nueva, fuera de cualquier catálogo o religión.
Las personas con algún planeta (que no sean de los transpersonales, es decir, Urano, Neptuno y Plutón) cuentan con un gran potencial para ayudar a evolucionar a la humanidad.
Para algunos puede significar su yo superior, una conciencia poderosa que les “habla”, como si fuera algo externo proveniente del más allá, del espacio exterior. Personalmente creo que todas las consciencias están unidas, y al mismo tiempo, que todas son una. Si el Centro Galáctico es donde conectamos con todo el Universo, al ser parte del mismo entonces estamos conectando con una parte más elevada de nosotros, de nuestra propia consciencia. Es un enlace entre nosotros y todas nuestras versiones multidimensionales, una puerta a la energía divina, sin importar credos ni religiones.
Es una voz que tarde o temprano intentará que la escuches y no es conveniente ignorar. Si le prestamos atención, nos ayuda a comprender nuestra misión dentro del universo.
Es en este lugar donde el lunes 18 de Diciembre vamos a tener el siguiente “combo” energético:
-Sol y Luna en el Centro Galáctico: Luna nueva en Sagitario.
-Saturno pasando por el grado 29 ya saliendo de Sagitario.
-Venus en el grado 21 de Sagitario y Mercurio retrógrado en el grado 15 de Sagitario, en trino a Urano retrógrado en Aries en el grado 25 (también a punto de abandonar el signo), al Nodo Norte de la evolución en Leo y al asteroide Ceres (es en realidad un planeta enano que representa lo cotidiano, la productividad, la nutrición, lo tradicional) también en Leo.
-El asteroide Eros (lo que nos erotiza) en el grado 29 de Sagitario
Todo esto traducido quiere decir que hay un cierre de ciclo que comenzó alrededor de la entrada de Saturno en Sagitario (18 de Septiembre 2015) y duró más de dos años, de algo que ya no puede venir con nosotros al año siguiente, lo que para el 2018 ya no tiene sentido que carguemos.
Mercurio nos ayuda a descubrir qué es -aunque muchos tal vez ya lo saben-, y junto a Venus nos inyectan deseo de aventura, de cambio, nos hacen buscar nuestro camino, nuestra razón de encarnación, el motivo para el que nacimos. Hay algo muy fuerte dándose en el cielo porque el Universo quiere que todos estemos donde debemos estar, que todos encontremos nuestro lugar en el mundo.
Cerrando un ciclo e incorporando el aprendizaje de Saturno (límites/limitaciones, responsabilidad, trabajo duro para materializar lo que deseamos) podremos soltar sin problemas aquello que representa una carga en este momento, eso que no nos ayuda a avanzar: hay que dejar ir lo que ya no nos sirve para evolucionar. Es un cierre y al mismo tiempo es una puerta para que nos animemos a desarrollar todo nuestro potencial y demos el primer paso para ser quienes vinimos a ser.