La información a la que desde hace unos años podemos acceder sobre tierras y reinos perdidos, ha quedado intensamente grabada en el inconsciente colectivo. Tanto así que muchas veces creemos haber vivido en tal o cual lugar y -aunque no haya sido así o no podamos comprobarlo o creerlo del todo-, nos sentimos alineadas intensamente con esa energía, la sentimos propia.
Son los casos de Avalon, Lemuria, Atlántida, El Dorado, Paititi…y muchas otras ciudades míticas pero también literarias.
Lo mismo sucede con planos superiores de consciencia, manifestados en esta Tierra en ciudades llamadas intraterrenas como Erks, Aurora, Shamballa, Mirna Jad, y más; y con diferentes sistemas estelares, como por ejemplo las Pléyades, Sirio, Orión, Lyra, Andrómeda, Arcturus, etc.
No siempre las existencias que intuímos o recordamos tienen porqué haber sido “en el pasado”: nuestra concepción del tiempo lineal es pobre y se contradice con el tiempo natural, que siempre es cíclico y que puede superponerse a sí mismo.
Por lo tanto, sí, la vida puede haber sido pasada…o puede estar sucediendo ahora mismo, en continuos y diferentes ahoras…que es lo que llamamos multidimensionalidad. La multidimensionalidad es la capacidad de dividirse en diferentes manifestaciones energéticas (vidas), en diferentes estratos de la conciencia (dimensiones) de la energía que traemos como esencia, o Alma.
En este sentido, para poder acceder a la información que traemos de esas vidas pasadas o multidimensionales, podemos usar algunos cristales como herramientas para que nos asistan en meditación, o en sueños, usándolos bajo la almohada. Pero precaución: no todos te harán descansar mejor, algunos pueden estimular tu sistema nervioso entre tanta bajada energética hacia tu cuerpo. Probá, porque siempre cómo te resulten es personal.
Recordá que al menos que sean cuarzos o ágatas, es más recomendable limpiarlos entre sahúmos o dejándolos descargarse sobre la tierra. Luego cargalos de intención bajo el Sol o la luz de la Luna.
¡Que te sean de mucha utilidad!
Cuarzos lemurianos
Son los que más guardan las frecuencias que resuenan con la información y códigos de la antigua Lemuria. Se dice que fueron programados y codificados para contener la información que algún día se precisaría volver a compartir en la Tierra, en procesos para ascensión de consciencia, como el actual hacia la 5D.
Tener un cristal lemuriano no asegura la recepción de los códigos, a menos que existan puras intenciones de amor en el ser y en el proceso.
Covellina
La covellina es un mineral sulfuro que ayuda a despertar las claris, tener sueños lúcidos y viajes astrales, y es utilizada también para recordar vidas pasadas en meditación. La intención de abrir un portal hacia el pasado es la de recuperar la sabiduría olvidada (pero que sigue con nosotros). Puede ayudar también a liberar bloqueos en todos nuestros cuerpos, incluyendo el físico.
Cuarzo rutilado dorado
Es un amplificador energético que estimula la creatividad espiritual y el contacto con nuestra propia divinidad. Ayuda a manifestar también abundancia y prosperidad, en esta expansión de la luz divina interior.
Cianita
La cianita es uno de los tantos cristales de alta vibración, y aparece en varios colores aunque el común es cian-celeste. Alinea y limpia los chakras, beneficia procesos de sanación y curación, trabaja en el chakra garganta para favorecer la expresión y comunicación, y asiste para conectar con nuestros ángeles guardianes y guías. Al promover la apertura del chakra del tercer ojo, ayuda también a despertar las claris.
Lepidolita
Calma, estimula las sincronías de la vida y ayuda a trabajar en los chakras superiores (garganta, tercer ojo y corona). Por esto, es útil para usar en meditaciones de conexión con ángeles, guías y seres elevados o ascendidos. Activa la conexión con el Yo Superior. Al ser calmante, sirve para bajar el nivel de estrés. Puede ayudar a dormir mejor.
Moldavita
Conocida como la piedra del Santo Grial y muy difícil de conseguir, la moldavita es una piedra que asiste e impulsa la transformación personal. Es gran protectora psíquica. Es de alta energía cristalina, y al poseer tan alta vibración, no se recomienda usarla mucho tiempo, sino ir probando cómo se vincula con la propia energía. Se cuenta que sólo se encuentra en la región de República Checa donde hace 15 millones de años se estrelló un meteorito que combinó con el calor su propio material con el de la Tierra. Estimula el ascenso de la energía Kundalini en el cuerpo, ayuda a despertar las claris…y quién sabe cuántas magias más. Es super profunda.
Azurita
La azurita estimula todos los dones psíquicos (las claris), y trabaja mucho en nuestro chakra corona para la conexión divina con nuestro Yo Superior. Ayuda a desarrollar fuertemente la intuición, a experimentar trascendencia y misticismo en meditación, y a canalizar.
Celestita
Ideal para conectar con tus ángeles guardianes y guías. Facilita la entrada a estados meditativos y ayuda a expresar cualquier mensaje que venga de los reinos superiores.
Selenita
La selenita ayuda a traer luz desde los reinos superiores al cuerpo físico, ayudando a conectar con el Gran Espíritu y reinos superiores como los angélicos. Activa las capacidades latentes de vidas pasadas en su conexión con nuestro Yo Superior, proporciona claridad de mente, limpia el aura (la selenita no precisa limpieza, es “autolimpiante”) y es fuertemente sanadora. Ayuda a acceder al conocimiento de los chakras transpersonales (desde el octavo al décimo cuarto). La Rosa del Desierto es una versión de selenita que ayuda a trabajar con la información de vidas pasadas y a manifestar decretos positivos.
Ulexita
La ulexita estimula la clarividencia y la capacidad de “ver más allá”, metas lejanas. Alinea los cuerpos mental y emocional. Estimula la imaginación y la inspiración, para poder expresarlas libremente.
Prehnita
Ayuda a conectarte con seres ascendidos y celestiales, activa fuertemente la intuición y la precognición. Ayuda a vivir desde el corazón, a conectarse con la Mente Divina y los seres elementales y a despertar las claris. Sirve también para manifestar dinero, enraizar espiritualmente, soltar, desarrollar el autoconocimiento y sella el campo áurico durante la meditación.
Diamantes Herkimer
Grandes cristales de alta vibración (grandes por su energía porque son muy pequeños) cuya fuerte frecuencia ayuda en todo tipo de curación, y estimulan todas las claris. Amplifican la energía de cualquier otra piedra combinada con ella. Guían hacia la conexión con nuestros guías, y ayudan a experimentar sueños lúcidos si se ponen bajo la almohada.
Apofilita
La apofilita energiza todos los cuerpos, conecta con reinos angélicos, estimula la pineal (como todo cristal que estimula los chakras superiores), ayudan a liberar el estrés y a sentirse en armonía, liberando patrones internos nocivos. Ideal para recibir guía desde otros reinos y seres que nos acompañan.
Labradorita
La más maga para despertar los “poderes mágicos”. Despierta las claris y poderes psíquicos, es gran protectora energética y suele impulsar a ir hacia la aventura o salir de la zona cómoda. Mejora la conexión entre todos los seres -de todas las dimensiones-. Nos alinea holísticamente, protege el aura y hasta puede recargarnos de energía si se lo pedimos.
Lapislázuli
En busca de la verdad y la iluminación, no puede faltar el lapislázuli. Alivia las emociones bajas para que nos permitamos liberarlas, ayuda a equilibrar nuestras energías yin y yang interiores, incentiva y mejora todas las habilidades psíquicas y estimula la intuición, la creatividad, imaginación y las claris. Impulsa a expresar siempre la propia verdad.