Cáncer y Capricornio son el cuarto y el décimo signo zodiacal, cardinales, de agua y tierra respectivamente. Son el segundo axis de la cruz cardinal y se corresponden con las casas 4 y 10 de la carta natal.
Cáncer
En Cáncer le damos forma a la emoción. Aquí aparecen los límites que contienen a la energía. Sentimos pertenencia, damos seguridad y cuidamos lo más vulnerable, tomamos consciencia de nuestro lugar en nuestro hogar compartido: el planeta Tierra.
Cáncer se vincula tradicionalmente a la Gran Madre como energía femenina creadora. La energía Yin, la que puede ser cántaro, contenedor de las aguas de la creación, de aquello que vayamos a gestar. Desde un lugar patriarcal, la energía Cáncer representaba todo aquello a lo que la mujer estaba relegada: las tareas del hogar, la crianza de los hijos, la costura (es una profesión que “repara” las peleas familiares), y todo lo vinculado a lo “femenino”.
Habla de la conexión con nuestro mundo emocional, del arraigo -o no- vinculado a nuestro origen, a la patria y de los desafíos del inconsciente familiar. El árbol genealógico y su investigación radican en esta energía. Cáncer contiene una tremenda intuición que precisa validar.
En sombra, nos cuenta sobre apegos disfuncionales, personas que no pueden madurar o salir de su rol infantil, y de cómo, cual cangrejo, uno puede bloquear todo acceso a su propio mundo emocional tanto para otros como para sí mismo.
NIVELES DEL SER
Espíritu: Gaia, Gea, la Pachamama, diosas de la fertilidad
Mente: memoria, interioridad, registros akáshicos (como memoria universal codificada), imaginación
Emoción: afecto, melancolía, amor, dependencia, nostalgia, ternura, pertenencia
Materia: huevo, útero, borde, leche, cuevas, hogar
En Cáncer nos preguntamos: ¿Qué me da estabilidad? ¿Dónde y con quiénes me siento en plena comodidad?
Capricornio
En Capricornio, la forma alcanza su máxima expresión. Se manifiesta y concreta todo lo que es. Representa las leyes que le dan estructura a la realidad en tridimensión, que la limitan, que nos indican lo que es posible y lo que no: la gravedad, la velocidad de la luz, el electromagnetismo, etc, son invariables dentro del tiempo y el espacio conocidos.
Al representar la estructura de la vida orgánica, Capricornio también rige las instrucciones grabadas en nuestro ADN, como por ejemplo, lo genético y hereditario.
La conciencia del tiempo es capricorniana: la semilla sembrada en Aries aquí culmina su proceso con el fruto, que contiene una nueva semilla para continuar con el ciclo de vida.
Es culminar, llegar a la meta luego de fracasos y de muchos intentos. Es el trabajo con la tierra que ha llegado al momento de la cosecha. Aquí uno se convierte en padre (como figura de responsabilidad y protección ante el mundo) de uno mismo.
En sombra, hay autoexigencia, adicción al trabajo, rigidez, autoritarismo, soberbia de privilegios, y por otro lado la responsabilidad y la expresión de protección amorosa son sus manifestaciones más luminosas.
NIVELES DEL SER
Espíritu: esencia, voluntad superior, energía que manifiesta, el dios de la iglesia y los dioses patriarcales
Mente: disciplina, sentido común, concentración, leyes de convivencia, statu quo
Emoción: protección, coraza, autonomía, compromiso, frialdad, soledad, aceptación, pesimismo
Materia: código genético, huesos, piel, dientes, paredes, montañas, leyes físicas
En Capricornio nos preguntamos: ¿Cosecho con sabiduría aquello que sembré?