2023 es el primer año en que comenzamos a ascender en el índice cíclico planetario, luego de la profunda bajada que sentimos desde 2020. Puede sentirse algo más liviano, sin duda transformador, pero tal vez mucho menos denso que 2022.
1- El año comienza con Marte retro en Géminis y Mercurio retrogradando en Capricornio, como regente del tránsito de Marte. Lo mejor es vacacionar la primera quincena de enero, ya que después el ritmo comenzará a avanzar de a poquito, hasta llegar a marzo cuando hay grandes movidas.
2- En marzo Saturno ingresa a Piscis y Plutón a Acuario. Podremos ir sintiendo poco a poco la fuerza con la que todo nos pide avanzar en pos de crear una nueva realidad, personal y colectivamente.
3- Los Nodos se mudarán en mayo del eje Tauro-Escorpio a Aries-Libra. Seguir el tránsito de Venus y de Marte nos mostrará el ritmo que van a ir marcando.
4- Júpiter transitará por Aries directo e ingresará a Tauro, para retrogradar y quedarse allí hasta 2024. Por las casas de nuestra carta natal que transite (casas Aries y Tauro) es que podremos comprender los temas de nuestra vida que necesitan crecimiento y evolución, salir de la zona cómoda, expandirse.
5- Mercurio va a retrogradar en los tres signos de tierra: Tauro, Virgo y Capricornio. Si necesitábamos bajar el ritmo, conectar con el cuerpo y con el cuidado del planeta, es ahora.
6- Venus comenzará un nuevo ciclo en Leo en agosto, pero mientras tanto seguimos atravesando el que inició en enero 2022 en Capricornio. Conectar con el deseo a través del cuerpo y no tanto desde la mente, ambicionar lo que nos motiva y no lo que nos dicta el deber ser, disfrutar el recorrido en lugar de sólo perseguir la meta.
7- Los tránsitos astrológicos son indicadores de posibilidades, nada más. Intentar controlar tu año en base a lo que “puede ocurrirte” es hacer un uso inútil de la astrología, que no está hecha para que controlemos nuestra vida sino para que aprendamos a fluir con los ritmos naturales. Que son de los que estamos hechos.
Sos mucho más que un mapa natal en contacto con tránsitos astrológicos. Una vez que comprendés que los planetas no te hacen nada sino que depende de tu elección la construcción de tus experiencias, la astrología deja de ser una amenaza y pasa a ser tu brújula amiga.