La Era de Acuario, marcada por la transición a la 5D de consciencia que está siendo global, está ingresando de la manos de los tránsitos astrológicos de los últimos meses.
Cuando Saturno y Plutón se unieron en enero iniciaron un ciclo marcado por la desestructuración, ruptura y transformación de las formas y la realidad como la conocemos. Saturno quería conservar el deber ser y el status quo, con sus normas, títulos y puestos directivos, y Plutón dijo que ya era hora de que todo eso, tan conservador, se transformara. Como Saturno tenía mucha fuerza porque esta conjunción se dió en su casa, Capricornio, empezó a mostrar resistencias: que no al aborto (generando grupos que no entendían en concepto de revolución y creaban movimientos que sostenían este status quo tan carente de valores igualitarios), que sí a los gobiernos de derecha -apoyando únicamente intereses empresarios que aumentan la brecha social y siguen dándole todo a los que más tienen-, que “no me quiero transformar naditas”. Pero, aunque se resista todo lo que quiera, Plutón es más poderoso, siempre gana. Esto provocó tremenda ambición en muchos sectores y las correspondientes medidas desesperadas de aferrarse a lo que siempre fue igual, total “para qué cambiar si yo estoy muy bien”. El egoísmo, la avaricia, la competencia, la ambición, el hambre de poder y de control, el abuso en todas sus formas, la rigidez, las estructuras arcaicas y las organizaciones políticas, económicas y sociales abusivas, tarde o temprano, van a tener que desaparecer. La realidad como la conocemos cambia, porque cambia lo externo -como respuesta a lo interno- y tenemos nuevas necesidades.
Saturno ingresa este 22 de marzo a Acuario, otra de sus casas -es el co-regente junto a Urano- por lo cual sigue teniendo un poco de poder, pero lo hace por un breve período. Es como si se tomara unas vacaciones de tanta intensidad plutoniana, diciendo “bueno, si no pude sostener todo lo que quise allá, con todo este equipaje a medias voy a ver qué puedo construir -o sostener- en mi otra casa”, pero, no le queda otra que volver en unos meses para buscar aquellas partes que tengan que seguir manteniéndose. A fin de año ingresará junto a Júpiter para quedarse y esto muestra energías bastante opuestas, pero que buscarán conciliar: Júpiter quiere expandir la libertad y fraternidad acuarianas, fronteras, educación, cultura y leyes igualitarias, y Saturno quiere poner límites, restringir lo que se le puede ir de las manos, estructurar para poder controlar la materia.
Este inicio -llamado “La Gran Mutación”- es indicador de cambios mundiales marcados por los tránsitos y ciclos combinados de los planetas más pesados -sociales y transpersonales- del Sistema Solar.
Cada cambio colectivo comienza primero siendo individual: lo que yo piense y exprese marca mi vibración. Como yo vibro, contagio y eso va formando al inconsciente colectivo del que todos formamos parte y que muchas personas pueden incluso percibir, si son muy sensitivas. Por eso, la frase clásica de que el cambio comienza por casa es tan acertada, sobretodo para este momento.
Saturno en Acuario va a estar todo el primer año acompañado de Júpiter, por lo cual no trabajará solo. Responderá a un Urano en Tauro que quiere derribar nuestros apegos, manera de (no) valorarnos, sistema de valores fijos, economía capitalista, y mucho más. Trabajarán a través de una cuadratura: Saturno querrá sostener los cambios que se van fijando y Urano querrá seguir moviendo las bases. Este aspecto, aire y tierra, lo fijo y lo que precisa cambiar, la estabilidad y seguridad contra la necesidad de mutación, puede provocar terremotos metafóricos y literales. No sería raro que la Tierra se volviera a manifestar, sacudiéndose, porque necesita seguir limpiándose de todos aquellos que siguen sin respetarla. No es mala, ninguno de estos cambios lo es, pasa que estamos constantemente siendo bombardeados por miedos-medios, inseguridades, apegos, ansias de control de nuestro ego, y otras tantas cosas que nos hacen creer que el movimiento y el cambio son malos. Claro, son malos para nuestras creencias de estabilidad, como si ésta significara que todo lo externo deba quedarse quieto y no ser un concepto que, como todo, debe sentirse por dentro.
Estos tres años serán de una búsqueda de fijar y sostener las movidas actuales, pero también de diálogo, comunicación colectiva, unión, esfuerzos y sacrificios en pos de un mundo mejor. Podrá renacer una nueva era espacial, habrá grandes cambios en cuanto a ideales políticos -más acordes a repartir las riquezas con mayor consciencia y menor diferencia social-, habrá nuevas obligaciones al respecto del trabajo internacional, comunicaciones, tecnología… Los medios masivos de vinculación como internet o redes sociales, por citar un ejemplo, podrán llegar a tener alguna limitación o restricción pero no será como una “quita de derechos”, sino más bien puede ser que, por ejemplo, los medios tradicionales pierdan poder o que haya cosas que se le cedan al pueblo y se limite el uso para que sea para todos por igual, son ejemplos que se me ocurren solamente. La ciencia podrá tener relevancia, como también la astrología, cosa que ya hemos venido notando. Habrá mucha tela que cortar en este tránsito y poco a poco les iré hablando más de ello.
Lo más importante: estamos ingresando de manera más intensa a la Era de Acuario, lo que nos lleva a un despertar masivo de conciencia para ascender de nivel evolutivo y volver a la Tierra, a sanar al planeta después de todo el daño que le hemos estado haciendo. ¿No sentiste que estos días en aislamiento te tocaron fibras sensibles de cuidado y amor planetario? Gaia lo sabe, nos está ayudando a evolucionar. Esta cosa de ermitaños también nos ayuda a purificar nuestras energías y nuestros auras, para de este modo poder ser canales más claros de nuestro propósito y misión dentro de la humanidad, e incluso sirve para conectarnos con nuestro Yo Superior, ángeles, guías, acompañantes estelares y Maestros Ascendidos, para solicitarles ayuda y consultarles sobre nuestro camino a seguir.
Este ingreso inicia el retorno de Saturno de los nacidos entre 1991 y enero de 1994, la gran conjunción de Saturno en tránsito sobre el Saturno natal que marca el inicio de una nueva madurez. Si tienen dudas sobre su retorno de Saturno, les dejo este artículo y si quieren saber más, pueden solicitarme una sesión personal para hablar al respecto (y sobre mucho más también).
En YouTube les dejé un video sobre éste tránsito y todos los más fuertes de 2020, lo encuentran aquí.
Que sea un tránsito que nos ayude a sostener la bandera de la igualdad en todos los ámbitos.