Desde la mirada de la #astrología mundana, cuando miramos la carta de un país, la Luna es la representante del pueblo.
La Luna capricorniana de #Argentina en la casa 4 en oposición al Sol en #Cáncer en la 10, nos cuenta sobre la capacidad de superponerse una y otra vez a las derrotas, a las limitaciones, sobre el sufrimiento como una condición para respetar lo ancestral, como si al no sufrir no pudiera existir la recompensa. Hay, en el pueblo, una actitud de seguir siempre para adelante, de no dejarse abatir aunque el pesimismo parezca siempre estar a punto de ganar.
Hay, también, una fuerza, una resiliencia dada por la Luna en sextil a #Plutón en #Piscis y por un #Júpiter en #Escorpio cerca del ascendente libriano, que es innata: esa recompensa vendrá luego de momentos donde creías morir, donde, inevitablemente, renacerás para cambiar la piel y seguir adelante.
Y lo que te sostiene avanzando son los valores de la familia, las costumbres del amor y la fraternidad que te sostienen en espacios seguros, contenidos, lejos de las amenazas del mundo. La patria es lo seguro: cuando la defiendo, hablo de mí, de mis orígenes, de los que me trajeron hasta acá.
Considerando que un gran porcentaje de argentinos (entre un 50 y 63%) llegó desde Italia, vemos que comparten al Nodo Sur en casa 2 y al Nodo Norte en casa 8, en Sagitario y Géminis respectivamente. Junto a Urano y Neptuno, para Argentina representará los inmigrantes que tuvieron que cruzar un océano con urgencia, escapando y buscando un mundo mejor, transformándose a ellos y a su descendencia en el camino.
Pero el “dolce far niente” italiano, en Argentina se vive con culpa: la culpa de no hacer nada, de disfrutar, de no trabajar, de no sufrir para conseguir algo.
Quizás ahora podamos cambiar la herencia al conscientizarla: merecemos triunfos sin que cuesten tanto, sin el dolor al que acostumbramos. Merecemos vivir con disfrute, con placer, sin hacer nada más que celebrar una victoria que además de merecida, era imprescindible para alegrarnos el espíritu. Con gloria morir, sin tener que sufrir siempre.
PD: En el 86, Júpiter también estaba en Piscis. Que la magia existe, existe.