Cuanto más te conocés, más vivís y trabajás desde tu esencia.
Más descubrís lo única que sos y que nada ni nadie puede robarte eso.
Más te mostrás auténtica y más inspirás a los demás.
Y eso puede hacer que la inspiración se convierta en copia.
Podrán copiarte todo lo que ofrecés, pero nadie puede copiar lo que sos.
Nadie puede copiar tu historia, ni tus experiencias, mucho menos tu empatía y tu sabiduría.
Hasta que no descubrís tu propia esencia, es natural imitar a los que más te despiertan admiración o envidia.
Vivimos en un mundo de luces y sombras, y hasta no aceptar las propias, es natural cegarte por los reflejos.
Descubrirte a vos mism@ es una experiencia alucinante.