Me costó mucho hacerme cargo de mi voz y mi mensaje.

Temía a la crítica y “ser cancelada” por hablar de manera mística y orientada a lo Divino.

Mi Mercurio natal está en la puerta 61, la de la verdad interior, la inspiración, lo escondido dentro de nosotros, el enlace de esto con la creatividad, la consciencia Crística, la quintaesencia que es la luz interior. Es el misterio de la vida misma, el silencio, las experiencias místicas de revelación del propio Dios/Diosa internos. La entrega a la Santidad, a la Divinidad, a lo sagrado como el único espacio seguro en que reposar, la ascensión de estados de consciencia, la iluminación.

Todo esto es parte de mi búsqueda y no necesariamente de lo que ofrezco en mi servicio a consciencia, sino más bien del mensaje subyacente detrás de cada cosa que hago en mi vida. Entonces, cada persona que llega a mí ve más allá de lo que digo: con mis palabras despierto consciencias, inspiro, revelo mi verdad para que los que resuenan con ella me encuentren, nos encontremos.

Y esto lo combino con todos los otros puntos de mis cartas, por ejemplo, mi nodo Norte en la puerta 15 que representa el magnetismo y la florescencia al seguir los ritmos naturales y el bajar lo sagrado a lo cotidiano. Entonces, la iluminación para mí no se halla en retirarse a un templo silencioso en los Himalayas, sino en la eterna presencia y en fluir con los ritmos de la naturaleza a nivel cotidiano.

¿Por qué te cuento esto? Porque tu Mercurio natal es la clave para bajar tu ansiedad mental y el mensaje que venís a transmitirle al mundo. Inicialmente vas a encontrar a tu Mercurio en tu carta natal, por signo, casa y aspectos, luego mirarás al de personalidad en tu diseño humano… pero esto se abre mucho más allá porque en realidad -y desde mi método- tu mensaje consiste en cinco (sí, 5) Mercurios combinados. Jaque mate 😂

Pero por ahora comenzá por el primer paso, que es conocerlo, abrazarlo, entender que tenés una voz y mensaje únicos que, además de ayudarte a comunicarte y procesar información, te asiste en alinearte con la voz suprema que es la de tu propia Divinidad interior, silenciando así el ruido de la mente ansiosa y basada en el pasado.