¡Este sitio está experimentando algunos cambios este mes! Algunas funciones pueden estar deshabilitadas.

Gracias por su comprensión :)

Crear espacio para la manifestación

Creamos espacio cuando permitimos que todas nuestras facetas coexistan, sin limitarnos ni enjuiciarnos por desear lo que sea que deseamos.

Cuando no nos juzgamos por tener ganas de jugar cuando tendríamos que estar trabajando. Cuando nos permitimos descansar en lugar de quemarnos haciendo cosas por temor a la soledad y al silencio. Cuando nos aventuramos por lo que nos dictan el cuerpo, la mente y el alma en coherencia, y cuando nos damos tiempo de reconexión cuando todo en nosotros parece hablar un distinto idioma.

Hacemos espacio para los miedos y también para reírnos y ser creativos. Hacemos espacio para la luz pero sin negar que también existe nuestra sombra.

Dejamos de negarnos a nosotros mismos cuando habitamos y habilitamos que haya cosas en nosotros que no nos gustan, que no son bien vistas, que son criticables. Cuando dejamos el deber ser de lado y expresamos nuestro diferencial.

Creé espacio cuando decidí mudarme de país sola. Cuando empecé de cero en una ciudad desconocida, cuando volví a hacerlo animándome a cumplir el sueño de vivir al ladito del mar. Cuando renuncié a un trabajo que no me motivaba más para ser mi propia jefa. Cuando renuncié a seguir siendo mi propia jefa y me convertí en la dueña de mi tiempo y de mi negocio.

Y creé espacio para no estresarme nunca más con cumplir horarios y tareas que me drenaban. Para ponerme a mí y a mi familia primero. Para priorizar la salud y el bienestar antes que cualquier otra cosa. Para manifestar un negocio que amo con una comunidad de clientes/amigos que me alucina y me permite seguir viviendo de lo que amo.

Creé espacio para cada una de las cosas que manifesté y manifiesto en mi vida, a través de no temerle más al vacío. A la profundidad de mi mundo interior. A abrazar mi sombra, mis miedos y mis demonios.

Creamos espacio cuando nos dejamos ser, en paz.

Hoy es viernes, estoy de bata y pijama porque no tengo ni ganas ni energía para otra cosa.

Sigo haciendo espacio mientras dejo de juzgarme, de polarizarme y me permito hacer lo que el cuerpo me dicte. Y la mente obedece porque jamás tendrá la razón.

Compartir en

Más para leer