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Que la espiritualidad no te nuble la empatía

Qué tema la espiritualidad.

Qué delicado reconocer que estamos en este camino porque tuvimos suerte, privilegios, educación, oportunidades.
Qué delicado saber que -como humanos- cada cosa que hacemos repercute en el colectivo.

Es desesperante ver todo lo que como humanidad tenemos que evolucionar, cambiar y sanar. Algunos aportan su pequeño grano de arena, uno a uno.
Otros forman parte activa de una revolución.
Otros tantos accionan directamente en y para los sectores más heridos e ignorados de la sociedad.
Hay quienes lo dan todo por causas ambientales, por los animales y por la naturaleza.

Me resulta importante que podamos darnos cuenta que al fin y al cabo, nadie tiene la respuesta sobre cómo construir un mundo mejor, porque cada cual intenta hacerlo desde su lugar. Y ningún lugar ni aporte es igual a otro, ni mejor ni peor.
Pensamos, creemos y actuamos diferente entre nosotros porque es necesario para que atendamos sectores diferentes. Para que exista la pluralidad de opciones y miradas.

Creo que reconocernos seres espirituales es importante para evolucionar personal y colectivamente, pero no es ni más ni menos importante que una acción directa en la sociedad. Es parte del todo que somos. Aunque sí me parece tan importante trabajar en la propia evolución como recordar que no todos tenemos la misma oportunidad de hacerlo. Tener empatía, solidaridad.

Yo no tengo recetas, ni sé cómo se hace, ni cómo vamos a lograrlo.
Sólo sé que el cambio siempre empieza por uno, despertando a la noción de que es energía en movimiento, de que puede evolucionar y lograr lo que desea, pero que vive en la Tierra, rodeado de otros tantos que lo necesitan de la mano.
Sé que el egoísmo, la ambición, el patriarcado y el capitalismo como se vive ahora jamás serán parte de la mejoría.

No podemos hacerlo solos ni ignorar al de al lado.
No sabemos cómo sanaremos, pero sí sabemos qué es lo que hay que romper.
Y al menos eso es un comienzo. Destruir lo que nos destruye, juntos.
Así el amor tendrá más lugar para entrar y ayudarnos a sanar.
El amor entra por la herida.

Soy parte del mundo y deseo habitarlo con amor, no destruirlo.

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