¡Este sitio está experimentando algunos cambios este mes! Algunas funciones pueden estar deshabilitadas.

Gracias por su comprensión :)

Mercurio ingresa a Tauro

¿ESCUCHÁS TUS DESEOS?

Mercurio hoy ingresa a Tauro para reforzar la aún presente energía de la Luna nueva, en breve perfecciona su encuentro con Urano y la semana que viene lo acompañará Venus. Tauro es el signo que nos hace reconocer lo que deseamos y que a veces se confunde con necesidad. 

Por eso, reconocer la diferencia entre deseo y necesidad es fundamental para poder crear la vida que soñamos desde la consciencia.

Si yo no sé lo que deseo, puedo aprovechar ese vacío para ser creativa e investigar las infinitas posibilidades que existen en mis futuros probables…pero una vez que estoy clara y tengo certezas, sé qué es lo que deseo y puedo manifestar. El deseo es el comienzo, es la llama que vislumbro para poder sembrar en la tierra taurina lo que quiero vivir en mi futuro.

Pero el exceso de deseo certero nos lleva a quererlo todo y ese “lo quiero todo” taurino puede ser muy nocivo, porque surge de algún vacío o carencia que no estamos haciendo consciente. 

Les cuento algo personal que les servirá para comprender el comportamiento de baja vibración de una Luna en Sagitario (expansiva, lo quiere todo y en grande) y en casa II (cuesta diferenciar deseo de necesidad):

Hace algo de un año que dejé de hacer lista de intenciones en Luna nueva: no era porque no quisiera, simplemente lo dejaba pasar, la hacía como collage para visualizar alguna que otra vez…pero ni mucho más.
Desde la pasada Luna nueva en Aries comencé a hacer “la lista” en un cuaderno que uso a modo de grimorio (y es de @cuadernosmonk, lo amo) pero no había mucho que quisiera intencionar, así que me comencé a indagar…

Soy un ser sumamente deseante, siempre lo fui, identifico ese patrón con mi Luna natal. Mi infancia y adolescencia no fueron abundantes, por lo cual cuando comencé a trabajar en los primeros años de mi adultez, directamente me gastaba cada sueldo entero en cosas que quería: ropa, zapatos, libros (siempre mi gran perdición), viajes, boludeces, etc. Tenía el comportamiento clásico de quien no siempre tuvo lo que quiso y cuando pudo, se lo empezó a dar. Obviamente esto atrajo deudas, cero capacidad de ahorro, y esas cosas que, cuando abrí los ojos, no sólo tuve que solucionar sino que también tuve que aprender a frenar. 

Cuando me mudé a Montevideo desde Argentina, hubo muchos meses en los que llegaba con uno, dos, cinco pesos a fin de mes. A veces ni eso. Ahí me dí cuenta que el clic tenía que ser rotundo, pero recién a partir de que comencé a hacer algo desde el amor, fue que la cosa empezó a funcionar. Desde el amor a mí misma, primero. Desde el amor a darle al mundo todo lo que aprendí, después.

Es decir: mis patrones comenzaron a romperse cuando comencé a compartir mis procesos, a hacer algo desde ellos que pudiera ayudar a alguien más. Hay una frase que dice que no podés ayudar a alguien si antes no llegaste al punto en donde ellos se encuentran, si no saliste de ahí. Y es real: desde que encontré mis patrones de carencia, de seguridad ficticia (mi seguridad me la daba siempre comprarme lo que quería aunque me quedara sin un peso en la mano), sé que puedo identificar y guiar a muchas personas que atraviesan lo mismo. Si no soy tu espejo, no te vas a sentir atraída a trabajar tu carta natal o a hacer terapia holística conmigo, estoy super convencida de eso. Así que fue cuando comencé con esto que realmente todo comenzó a encajar donde debía (todo esto fue paralelamente un trabajo terapéutico-psicológico donde mi valoración fue el centro del asunto).

En fin, desde La Luna nueva en Aries comencé a observar que directamente no tenía ganas de escribir mis “deseos”…y este sábado de Luna nueva en Tauro en conjunción a Urano, me dí cuenta de que esto sucedía porque en realidad NO DESEO NADA. 
No porque se me haya ido la capacidad de desear, sino porque simplemente siento que no necesito nada más, que mi vida está en orden y que mi manera de desear mutó: ya no lo hago desde un anhelo que dice “algún día”, ni desde la envidia (si habré pasado por eso trabajando el eneagrama…) ni desde un lugar de carencia. Me doy cuenta que lo que deseo no tengo que ponerlo en un pedestal, por más grande que sea: mi movimiento ahora es distinto porque directamente estoy proactiva con el deseo en sí. Planifico, investigo, calculo, invierto, manifiesto. Podría decir que es algo así.

No deseo que las cosas pasen porque las estoy haciendo suceder, las estoy creando. Mi Luna natal desea desde la acción misma de crear ese deseo en la tierra, por más loco y grande que suene. ¿Y saben cómo logré eso? Con dos cosas:

-Rindiéndome al Universo y a mi Yo Superior: saben mucho mejor que yo qué es lo mejor para mi evolución. Yo sólo sigo las señales. Entregué mi libre albedrío, mi capacidad de elegir libremente lo que quisiera, porque prefiero elegir desde la sabiduría y no desde el capricho o desde las apariencias. Ojo, ni es tan fácil de lograr de un día para el otro ni soy gurú de los deseos, cada día es diferente y aparecen mil y una cosas que me hacen aprender constantemente a ser la mejor versión de mí misma.

-Siendo impulsiva. Si algo me parece muy grande y loco, ¡lo intento igual! Salga como salga, ya no me quedo ni dándole vueltas en la cabeza ni pensando en “qué hubiera sucedido si…” Y esto se lo agradezco a la sesión que tuve con Jazmín Aime hace un tiempito, que de verdad me despertó muchas cosas dormidas. 

Si realmente conectamos con lo que deseamos, si nos animamos a escuchar a nuestra Alma, los resultados siempre serán muy diferentes a seguir los caprichos o la necesidad de generar dinero y listo.

Anímense a escucharse, a sanar los vacíos internos y no la billetera. Valórense. Se los digo porque estuve ahí, donde muchas se encuentran ahora, así sea con gastos, deudas, deseos frustrados…pero todo proviene de la valoración y de seguir el deseo de DAR lo que quieran darle al mundo, desde el corazón.

Es posible, de verdad, por más difícil que parezca. Lleva trabajo, duele y si tenés los ovarios para hacer todos los procesos, te juro que vale la pena.

Compartir en

Más para leer