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Guerrero de la Luz: Marte ingresa a Piscis.

Ah, ¡por fin el señor de la acción se muda a Piscis! Después de seis meses yendo y viniendo en Acuario (y volviéndonos locas a las acuarianas) Marte finalmente avanza hacia Piscis el 15 de Noviembre y cambia de armadura hasta el 31 de Diciembre cuando ingresa a su casa, Aries.

Antes de irse, tiene un sextil a Urano retro en Aries: es como si le dijera “Me voy de tu casa, ¡la dejo tranquila!” mientras Urano desde la casa de Marte (esto se llama “Mutua recepción”, uno en la casa del otro y viceversa) le dice “Tengo asuntos pendientes que terminar en tu casa, ¡nos vemos en Tauro!”, porque ambos estarán en Marzo en ese signo, aunque no se vayan a encontrar directamente. ¿No es loco? El planeta de la acción y el de los cambios estarán en Tauro al mismo tiempo que Urano finalmente inicia su recorrido por allí: ¡vamos a estar actuando por los cambios!

Pero sin irme más del tema, Marte en Acuario estaba algo rebelde y buscaba una y otra vez esa liberación que se merecía, y ahora va por más, porque todo aquello que se movió, que aprendimos a soltar (no olvidemos que tuvo varios encuentros con el Nodo Sur y nos movió a dejar ir, quisiéramos o no) dejó un espacio vacío que purificar, para llenar con amor.

No se trata de que llegue una nueva persona a darnos amor, sino que aprendamos a dárnoslo nosotras mismas. ¿Cómo vamos a esperar que otro nos de algo que tenemos dentro? ¿Notan lo ridículo que suena si lo pensamos de este modo?

-Hola, soy Ale, tengo muchísimo amor dentro mío pero es mucho trabajo desarrollarlo, prefiero que venga alguien y me de su amor y aprobación así no tengo que preocuparme por crecer y tomar responsabilidad.

Algo así me imagino una charla conmigo misma antes, cuando no estaba consciente, cuando buscaba que los demás me quisieran para sentir algo, para llenar vacíos, porque no sabía quererme a mí misma. Ojo, que hoy tampoco soy la reina del amor propio, es un trabajo de todos los días e implica fracasos de vez en cuando, pero al menos estoy consciente de mis acciones y sé qué busco con ellas.

Marte en Piscis nos viene a enseñar de amor incondicional, de ese del que estamos hechos pero lo ignoramos, de ese universal del que están creadas nuestras almas. Marte aquí está en un signo de agua, así que actuar con impulsos es prácticamente imposible: es como si estuviera apagado.

Actúa bajo el influjo del arte, de la música, de la poesía, de la inspiración, la intuición, los sueños y lo que no se ve: actúa desde el Alma.

A Marte en este signo se lo conoce como el guerrero de la Luz: si bien el planeta es conocido mitológicamente por sus aptitudes para la guerra, en Piscis alcanza su máxima elevación espiritual y todas sus “luchas” se basan en el bien, en el crecimiento del Alma, en la evolución del Espíritu.

Nos atrae hacia todas las cuestiones metafísicas de la vida y reinos invisibles del Universo, podemos encontrarnos creyendo en cosas que antes ni siquiera habíamos tenido en cuenta.

Los nativos de Marte en Piscis suelen mezclar las emociones con la lógica, actúan llevados por lo que sienten, les cuesta recuperar energía -lo hacen durmiendo más que lo normal- y cuando tienen grandes inversiones energéticas, se sienten completamente drenados. Son esponjas psíquicas, deben aprender a cuidar de sus chakras (puertas energéticas) para no absorber las vibraciones de los demás.

Lloran si te ven llorar, tienen necesidad de ayudar a todo el mundo (por ese motivo uno de sus grandes aprendizajes es entender que no pueden hacerlo) son pura empatía y aman la música y la naturaleza, además de todas las manifestaciones artísticas. Tienen muchísima sensibilidad y actúan cuando algo realmente los mueve. Tienden a la pereza. Creen en el reino de lo invisible.

Deportes ideales para estas personas son los que no requieran tanto esfuerzo físico como el yoga, e incluso nadar es ideal.

En su baja energía, lleva a vicios como el alcoholismo y las drogas, a procastinar y ser perezosos en exceso, a abandonar las cosas sin finalizarlas y, sobretodo a quienes tienen más energía masculina, a buscar conquistas por el hecho de sentirse seductoras/es.

Este es un tránsito que, como el de Venus en Piscis, nos lleva a conectar con lo profundo y más elevado de nuestro Ser, pero actuando, queremos hacer algo con eso que sentimos. Aprender una terapia energética, alternativa, leer sobre metafísica, practicar arte o tocar algún instrumento, escribir, canalizar…

Piscis es agua, son las emociones pero no profundas y abismales como en Escorpio, sino más sutiles, superiores. Es como si pudiéramos comprender las señales de la vida intuitivamente, como si todo nos llevara a desarrollar el mayor potencial de nuestro Ser en paz, con sabiduría del Alma. Estamos inspiradas, conectadas con la esencia del Cosmos, intuitivas y poderosas, con ese poder de quien se sabe merecedora de todas las maravillas del Universo y que es parte del Todo, que no está separada.

Piscis también es el último signo, representa los misterios del inconsciente, lo inexplicable, la reencarnación, la liberación del Alma, la entrega total, el servicio por el bien del Universo. Es en eso que Marte en este signo se convierte en el Guerrero de la Luz: sabe que tiene un propósito en este mundo pero que nada tiene que ver con algo físico o terrenal, porque es SUBLIME.

Y lo sublime no tiene palabras para definirse, porque se define por sí mismo. Siendo.

Con este tránsito, la mayor enseñanza, radica en actuar en pos del bien de todos -no sólo el egoísta- y en aprender, simplemente, a Ser.

Que sea un período sublime y elevado para todas.

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