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Donde te duele, se encuentra tu medicina.

Quirón es un asteroide que, desde una perspectiva astrológica, nos provee información sobre nuestras heridas más grandes

Astrológicamente

Quirón es un asteroide que, desde una perspectiva astrológica, nos provee información sobre nuestras heridas más grandes (personales y como humanidad) y alrededor del cual construímos nuestra personalidad.

En palabras simples, nuestro ego se conforma alrededor de Quirón para ayudarnos a sobrevivir en esta dimensión, encarnados.

Nuestra herida primigenia es la de separación con la Fuente, con el Todo en el que estaba fundida antes de encarnar y en la panza de mamá. Esa la tenemos todos, es la que nos hace buscar nuestro propósito, para evolucionar y volver a la Fuente en algún momento.

Pero todos tenemos heridas personales. Es muy normal que con Quirón retro en la carta natal, no seamos conscientes de ellas, y hasta las neguemos. Esto forma parte de los mecanismos de supervivencia, que a medida que hacemos terapias y vamos despertando nuestra consciencia, vamos reconociendo y permitiendo que “se calmen”. Algunos mecanismos de defensa son bloqueos hacia hechos traumáticos. Es normal. nuestro ego nos protege.

Allí donde Quirón se ubique en tu carta, estará hablando de tu o tus heridas, de aquello que más te duele. Quirón está protegido por un montón de mecanismos inconscientes, e incluso por tu sombra. Es por ello que la terapia psicológica suele ser la primera puerta de entrada para reconocer esos mecanismos. Luego, las terapias energéticas pueden tener mucha mayor “eficiencia” en una persona abierta a su propio trabajo interior, que en alguien que sólo quiere sanación inmediata.

Mi Quirón

Mi -ahora amado- Quirón, se encuentra en Tauro y en la casa VII, la que es conocida por ser la de “socios y pareja”, aunque no se restringe a eso. Es la casa del otro como espejo mío, de mis pares, de mi mirada y comportamiento al salir al mundo y encontrarme con los demás.

Desde mi adolescencia, pasé de novio en novio. Entre ellos, los períodos de soledad eran relativamente cortos. Terminaba una relación, y a los meses ya estaba “entregada” en otra, donde sintiera seguridad (hola Tauro).

Claro que pasé por los típicos primer beso, primer amor, la primera vez (ninguna de estas tres cosas las viví con la misma persona porque ascendente en Escorpio y Venus en Piscis *emoji de carcajada*), la relación “tóxica” –siempre hay alguna, el otro es dañino para mostrarnos nuestra propia toxicidad, el daño que nos hacemos a nosotras mismas, aunque OBVIO hay casos de violencia que no podemos meter en la misma bolsa– y no casualmente la relación más nociva fue la que más me rompió.

Me abrió en mil pedazos para que aprendiera a ver mi propia luz. Plutón transitaba sobre mi Luna y hubo un eclipse lunar con el Sol, Urano y el Nodo Norte sobre mi Venus el día en que ése fulano me dejó. Más claro imposible: salí de acá que no estás creciendo, ya fue suficiente. Ahora mirá todo lo que aprendiste.

Claro que hoy agradezco que ese vínculo se haya terminado, aunque reconozco que me ha sido difícil comprender y perdonar a esa Ale que eligió esa relación. Pero ahí mi Quirón demostró su poder.

En cada vínculo, los primeros 6-9 meses todo estaba de maravillas. Pero luego, lentamente, mi sombra comenzaba a elevarse y a salir de mí.

Así se iniciaba la repetición: todas mis inseguridades, miedos y consecuente desconfianza tomaban el control. Era desesperante. Siempre el miedo al abandono, al rechazo, a que el otro se burle de mí a mis espaldas. El miedo de la otra. Esa otra que al fin y al cabo también era yo.

Cuando con mi pareja actual decidimos estar juntos, me dije -y le dije- que no quería arruinar la relación esta vez, quería disfrutarla. Así inició el resto de mi vida hasta ahora: dos años de terapia gestáltica con eneagrama y chamanismo fueron la gran base para el cambio. Hoy sé que ésta sí es una relación sana, donde ambos trabajamos en nosotros mismos.

¿Por qué te conté todo esto?

Porque en mi propio Quirón, cuando comencé el proceso de sanación, descubrí que también está mi medicina. En tu Quirón también está la tuya y todo esto tal vez te sirve para reconocerla.

Encontré que mi Quirón en Tauro me mostraba la herida de valoración, pero también contiene la magia de los sentidos, de habitar la tierra y al propio cuerpo, del placer, el disfrute. Abraza a la Pacha, ama profundamente a la naturaleza. Habla con las flores, abraza a los árboles, siembra y sabe esperar al momento de la cosecha. Es paciente, disfruta el proceso. Utiliza la alquimia escorpiana para hacer de lo complicado, algo simple. Y puedo seguir ensalzando la belleza que encontré en mi Quirón, pero no es el caso.

Las heridas de tu Quirón son ancestrales e ilusorias. Sos vos la que elige, conscientemente o no, sostenerlas como excusas, como limitaciones, como bloqueos.

Hoy sé que yo soy mi Quirón. Y te aseguro que vos podés ser el tuyo, podés convertirte en tu propia medicina.

Trascendé tu historia personal.
Soltá el pasado.

Lo que existe, está únicamente aquí y ahora.
Viví. Saná. Reíte. Amá.
Animate a dar el salto.

Tu Quirón te ama. Y tiene tremendo tesoro que ofrecerte si dejás de temerle. Doy fe.

Si querés saber cuál es tu medicina al respecto de tu Quirón natal, podés solicitar una consulta conmigo aquí.

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