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Ángeles: compañeros de camino.

Los ángeles son seres celestiales, que nunca estuvieron encarnados en un cuerpo físico, y que, de acuerdo al significado de su nombre, se los considera “mensajeros de Dios”. Sin entrar en categorías religiosas, podemos definir a Dios como a la energía divina que está presente en todo, con la diferencia de que, en su mayor vibración, son los ángeles quienes pueden vincularse con ella y no nosotros (ni aunque estuviéramos muuuuy elevados espiritualmente podríamos soportar la luminosidad de encontrarnos “cara a cara” con la energía de donde provenimos, nos quemaría el cuerpo físico). En general, podemos considerar a los ángeles como energía portadora de amor.

Se dice que en algún momento hubo ángeles encarnados, pero lo hacen o hacían con propósitos específicos, cuando las personas suelen negar su lado espiritual, por ejemplo, y precisan ayuda urgente.

Doreen Virtue, una gran autora dedicada al trabajo con ángeles, dice que todos contamos con, al menos, dos ángeles de la guarda. Es decir, ¡no tenemos sólo uno! Es más, podemos tener muchos más, basta con solicitarlos, por ejemplo. 

Los Ángeles de la Guarda son nuestros ángeles personales, permanecen junto a nosotros durante toda nuestra vida terrenal y jamás se apartan de nuestro lado. Nos aman de manera incondicional y jamás se sienten enojados, frustrados o aburridos por nuestros actos. No tienen juicios de valor como nosotros, son energía divina.

Supuestamente, los ángeles no tienen alas: en el Renacimiento quienes comenzaron a pintarlos (y creo que directamente a verlos) interpretaron su aura de luz como alas, y así terminaron apareciendo en todas las obras de arte. De hecho, así es como reconocemos a un ángel, ¿cierto? La cuestión es: ellos no tienen forma. Pueden presentarse como personas, puntos de luz, formas de energía, etc, (sí, incluso con alas, para que los reconozcamos y no les temamos) 

Hay una división llamada “Los nueve coros” que explica cómo se dividen los ángeles, en tres esferas de tres categorías cada una, y aquí les cuento:

-Serafines: el orden superior de los ángeles, son resplandecientes y son pura luz, porque son los que se encuentran más próximos a la Fuente de Energía Divina. Cantan la música de las esferas y regulan el movimiento de los cielos según emana de la Fuente.
-Querubines: son los que se representan como niños con alas estilo Cupido. Ellos son amor puro, son los custodios de la Luz y de las estrellas.
-Tronos: son ángeles acompañantes de los planetas, y para la Tierra hay un trono específico.

-Dominios: son los “supervisores” o “directores” de los ángeles, es decir, gobiernan las actividades de todos los grupos angélicos que están a continuación. Sirven para integrar los mundos espiritual y material. Reciben órdenes divinas y rara vez se contactan con nosotros, pero su trabajo está vinculado con nuestra realidad. 
-Virtudes: gobiernan el orden del universo físico y se encargan de “vigilar” a las luminarias (Sol y Luna) y a los planetas. Pueden proyectar grandes niveles de energía divina. Trabajar con ellos nos ayuda a infundir mayor energía espiritual en el planeta.
-Poderes: son guerreros pacíficos que purifican el universo de energías inferiores. Portan la conciencia de toda la humanidad, conservan nuestra historia colectiva. A esta categoría pertenecen los ángeles del nacimiento y la muerte. Ellos pueden trabajar con la energía del Plan Divino y enviarnos visiones de una red espiritual mundial (para unirnos en pos del cuidado y salvación del planeta). Se encargan del cuerpo espiritual de la Tierra, que son nuestras creencias y también las religiones.

-Principados: son los que supervisan al planeta, con el fin de asegurar que exista paz en la Tierra. Son guardianes de grandes grupos en general, como ciudades y países. También se los llama ángeles integradores. 
-Arcángeles: también llamados ángeles superlumínicos, se ocupan de las zonas más amplias del quehacer humano. Son supervisores de la humanidad. Cada uno posee un rasgo distintivo de la Divinidad.
-Ángeles: los más cercanos a nosotros, con los que estamos más familiarizados y se ocupan de asuntos humanos. Hay muchas clases diferentes, con muchísimas funciones. Son acompañantes (aquí están los ángeles de la guarda) y son nuestros guías hacia una consciencia cada vez mayor.

Hay ángeles para absolutamente todo: para la abundancia, sanadores, para las mudanzas, para los viajes, hay ángeles de la forma física (para ayudarnos a cuidar nuestro cuerpo) y muchos más. En un próximo artículo les cuento sobre ellos más en profundidad. 
Tanto a ellos como a los ángeles de la guarda, los podemos llamar cuando sea, no importa la hora, el momento, el lugar, ¡ellos están para ayudarnos! No sientan que pueden molestarlos, en absoluto. Y tampoco sientan que por llamar a muchos ángeles le están quitando ángeles a otro: ellos son multidimensionales y trabajan fuera de la noción humana de tiempo y espacio, por lo cual pueden estar en varios lugares al mismo tiempo.

El contacto con ellos se puede sentir en el cuerpo físico (sensación de paz, de amor, hasta escalofríos y piel erizada), pueden hablar con ellos, escribirles cartas, pintarlos, dedicarles música (clásica, que es la que les gusta), pedirles señales (suelen presentarse con monedas, plumas, cartas que se encuentran, libros que se caen y abren en una página determinada, hasta los animales pueden ayudarlos a expresarse, etc…) y hasta pueden pedirle su nombre, sobretodo al ángel de la guarda. Él puede responder de la manera que mejor encuentre: sueños, nombres que aparecen random en la mente (no suelen tener nombres “humanos”), y cualquier tipo de señal. 

Prueben establecer contacto y no esperen verlos o tener manifestaciones de su presencia super grandes: ellos saben que nos podemos asustar y van a ir apareciendo de a poco, pero cuando sientan un gran amor y/o paz interna, es porque un ángel anda por allí.

 

*Créditos de imagen desconocidos.

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