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Conjunción Saturno-Plutón en Capricornio.

Las conjunciones marcan el final de un ciclo y el correspondiente inicio de otro, y los planetas involucrados se unen para colaborar con sus energías.

Saturno es el regente de Capricornio, donde se encuentra a Plutón en un aspecto que se considera activador de una nueva era. Todos venimos sintiendo, internamente, que hay algo que ya no puede seguir, que se está terminando o que se necesita sólo de una chispita para hacer explotar la cosa. Es algo que sabemos que no da para más y no es sólo personal, es social. Está latente en el inconsciente colectivo, se sabe pero no se habla de ello, un poco da miedo y otro poco se desea porque después de eso las cosas no volverán a ser iguales. Y estamos cansados de que las cosas sean, desde antaño, siempre iguales.

Capricornio en su energía baja, representa al patriarcado y a la sociedad capitalista y ambiciosa que se ocupa sólo de su propio progreso, a merced de los demás. Representa también las normas, deberes (entre ellos el “deber ser”), status quo, obligaciones, responsabilidades, estructuras. Todas cosas que están cambiando, lentamente, bien a la manera capricorniana.

Plutón destruye hasta los cimientos cuando sabe que tiene que nacer una nueva forma porque las actuales se encuentran cristalizadas, obsoletas, vencidas. Él es un renovador a través de la destrucción, así como destruye normas, destruye bloqueos que, seamos conscientes de ellos no, estancan nuestro desarrollo. Y esta conjunción viene a impulsarlo, a decirnos que como individuos y como humanidad, tenemos que perderle el miedo a los cambios, a las transformaciones, a los finales.

Toda esa energía capricorniana que está cambiando, es a la que se aferran las personas que temen las mutaciones porque “qué sería de mí si todo cambia.” En un movimiento ególatra, esta última década se crearon movimientos anti-derechos que, tristemente, amenazaron la libertad individual y social. Estos movimientos son los que representan a la energía capricorniana que está cayendo y pretende sostenerse a la fuerza, y entre ellos se incluyen temas que antes eran tabú, como la elección sexual y el aborto. Poco a poco, durante este año, esa energía va a ir -forzadamente- abriendo su mente. Porque, ¿a quién puede molestarle que un extraño haga lo que quiera con su vida personal? Pues a todos los organismos que pretenden un control determinado, como por ejemplo, la política y las religiones. Es decir, a todos los que pueden perder poder del que se abusan. Y también, todos aquellos que teman “perder” algo si es que otro lo tiene. Muchos creen que por enseñar educación sexual en las escuelas, se van a perder los viejos valores. ¡Pues enhorabuena! O que porque dos personas del mismo sexo se besen en público, sus hijos van a querer hacer lo mismo. O, peor, que porque alguien no quiera ser madre y elija abortar, entonces todo el mundo saldrá a abortar como si fuera mascar chicle.

Esta conjunción, en palabras simples, dice BASTA CON LA PAVADA SUPERFLUA, se acabó eso de “querer quedar bien”. Basta con la rigidez, con sostener mandatos antiguos -personales y sociales- y con darlos por sentado sin cuestionar; basta de darle poder y autoridad a cualquier payaso sólo porque el otro payaso no te dió lo que como egoísta pretendías; basta de creer que tus derechos valen más que los de otro, basta con querer mantener leyes y normas que no pueden ir de la mano con la evolución de la sociedad. Basta del egoísmo de querer que un planeta entero sea como vos querés que sea y que no tenga pluralidad de libertades, como este año Saturno en Acuario comenzará a hacernos entender -de una buena vez.-

Plutón pide transformación radical. Saturno pide nuevas estructuras y normas. Y todo debe ser tomado…muy en serio, yendo en profundidad hacia el asunto. Se nota en la vida personal, se nota en el ambiente, se nota en el mundo entero.

De manera mundial, podemos recordar que en 1914 esta conjunción se dió en el signo opuesto, Cáncer, y ese año se inició la Primera Guerra Mundial. Sí, seguramente lo has leído por todos lados y te ha generado miedo, ya de hecho ver las noticias lo genera. Pero ahí está el punto de la cuestión: el miedo que se despierta es justamente lo que esta conjunción nos pide transformar, purgar. Y ¿qué sucede cuando tememos mucho algo? Sucede. Lo mismo pasa cuando enfocamos nuestra energía en el poder regenerador del amor o de cosas más hermosas como la Luz y el despertar de consciencia. Por esto, sugiero el trabajo con los propios miedos, la propia sombra, que al fin y al cabo es lo que en esta última década y media ha estado intentando hacerse escuchar. No tenemos que temer, tenemos que amar, crear. Les recomiendo no mirar las noticias en esta semana, porque de verdad pueden infundir temor y los que estamos en el camino de despertar nuestra consciencia, realmente tenemos que ocuparnos del otro lado, el lado donde no tememos, sino que anclamos el amor en Gaia, en el planeta, que tanto lo necesita.

La crisis que esta conjunción estuvo creando y seguirá manifestando es la de las formas: ¿cómo creo que deben ser las cosas? ¿Creo que mi posición es la única válida? ¿Le temo a las transformaciones o las necesito urgentemente?

Tenemos una gran oportunidad para lograr que las cosas comiencen a ser distintas, es una chance de reestructuración para la vida sobre la Tierra como la conocemos. Se nos urge realizar cambios personales para afectar a lo transpersonal, para volver a lo matriarcal no como un movimiento dictador y abusador sino como unificador, porque lo que de verdad es urgente, es unirnos. Dejar de separarnos por dinero/clase social, estatus, religión, política. ¿Acaso fuimos tan estúpidos como para dejar que nos llenaran la cabeza con todas esas cosas que nos separan? Sí, lo fuimos y salió muy bien, por lo visto. Tan bien que a las puertas de una nueva década -del tiempo conocido- seguimos matándonos por diferencias políticas, sociales, culturales. Sí, salió tan bien que cada vez se pone peor. A menos que decidamos tomar las riendas de nuestra propia vida para ser humanos que recuerdan sus poderes y fuerza interior y ya no se dejan abusar nunca más por nadie que pretende ser más omnipotente que nosotros. Que creen en sí mismos y no en dioses un poco…inventados por nosotros mismos al dejarnos influenciar por quienes nos mostraron brillitos de colores y nos cegaron. Para ser humanos que sanan a la Tierra y no que la destruyen. Que la reconocen como Madre, como hogar, como energía amorosa y no como algo desechable. Total ya tenemos en vista ir a vivir y destruir a Marte, ¿no?

No le teman a una conjunción maravillosa, sean conscientes de que hay un final que debe aceptarse, de que a algo le llegó su hora. Cuanto menos teman, menos se aferren a las formas establecidas y más confíen en el proceso de desarrollo de la humanidad, menos dolerá. Porque sí, las transformaciones duelen. Pero la ventaja es que son tremendamente liberadoras. Y en nuestra esencia, somos libres. Así que bienvenidos a recordar quiénes somos.

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