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¿Viste cómo la Tierra demuestra sus cambios en la superficie cuando, por unos pocos días, le damos un respiro?
Así como aparecen cardúmenes y cisnes en Venecia o el aire de repente se siente menos sucio sin los humanos contaminando día y noche, se puede sentir tu mente si dejás de abrumarla con miedos.

No, no te digo que de repente tenés que dejar de sentir miedo o emociones negativas, sino que mantenerte en ese círculo vicioso de miedo-alerta-inseguridad únicamente aumenta tus niveles de estrés. Si la Tierra pudo sacudirnos de encima un rato para sanar, entonces vos tenés la capacidad para sacudirte la energía que baja tu vibración. Te propongo algo: dejemos de usar las palabras “crisis” y “caos” por un rato, para que tu mente se relaje. El ego las tiene incorporadas como palabras ante las cuales alertarse, así que, mientras tratamos de cambiar nuestra perspectiva al respecto -para entender que hablan de oportunidades creativas-, usemos la palabra “despertar”. Al fin y al cabo, eso es lo que es. 

La Tierra está desperezándose, sacudiéndose lo que la intoxica, lo que la daña. Y esos somos nosotros con nuestro egoísmo, capitalismo, contaminación, falta de consciencia. Si nosotros no elegimos despertar, la Tierra lo hace.  ¿No te pasaba que de chica no entendías cosas -o hacías como que no entendías- hasta que alguno de tus papás ponía el grito en el cielo? Gaia, el espíritu del planeta, está haciendo lo mismo. Se cansó de que no la escucháramos.

Y todo esto no es desesperanza, al contrario: llegó la hora de hacerte cargo de tu misión, de tu propósito en esta vida. No importa la edad de tu cuerpo, lo que importa es lo que tu Alma te grita a través de lo que amás hacer. Porque es este el momento indicado, porque Gaia nos precisa haciendo lo que amamos porque con amor la ayudamos a sanar. Porque si seguimos nuestro camino, estamos más felices, menos quejosos, observamos todo con otra visión. Nos amamos más entre todos y nos impulsamos a sanar.

Por favor, compartí tu medicina. No importa si es arte, terapia, números, leyes. Tu medicina es lo que tu Alma te demuestra que ama hacer porque te hace vibrar, hace que tu corazón se exalte de alegría. Compartila sin vergüenza ni inseguridad (nadie lo sabe todo ni es el mejor en lo que hace, creéme, hay público para todo el mundo) y si sentís demasiado temor, trabajá tu sombra en terapia psicológica. La psicología no es para los “locos”, a menos que la locura signifique querer desear un mundo mejor. Si todos los humanos nos responsabilizáramos de nuestra propia oscuridad, la Tierra estaría mucho menos dolida.

De nuevo: por favor, compartí tu medicina. Alguien busca eso que vos tenés y que podés ofrecer. Y alguien quiere dar lo que estás buscando. Es el momento para que los trabajadores de la Luz salgan de sus escondites y se animen a dar lo que son, a convertirse en su propio Quirón: aquel que crea una Nueva Tierra.

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